lunes, 12 de diciembre de 2011

Ministrables

Andan los ánimos revueltos en la calle Génova. Se acerca el momento en el que el nuevo gobierno deberá tomar posesión para enfrentarse a la que es, probablemente, la mayor crisis social, política y económica del último siglo. No hay ninguna garantía de que el intento vaya a acabar en éxito, pero dependerá, en gran medida, de los nombres que vayan a hacerse cargo de los puestos de relevancia.

Todos los medios están manejando sus propias listas, haciendo sus quinielas, incapaces de penetrar en el insondable cuaderno azul de Aznar que ahora tiene Rajoy. ¿Quién estará apuntado en esa libreta? De los nombres que contenga dependerá, muy probablemente, la forma que tendrá el gobierno de enfrentarse a la crisis. Si Fulanito está en Economía, Menganito en Fomento y Zutanito en Trabajo, tendremos un gobierno básicamente austero; pero si están estos otros, seguramente tiraremos por la senda del gasto público, y si son los de más allá, puede que nos frían a impuestos…

La sensación de parálisis institucional que hay ahora mismo con respecto a España es tal, que cualquier rumor, cualquier insinuación, cualquier movimiento, por pequeño que sea, es inmediatamente devorado por los medios, los gobiernos extranjeros, los organismos internacionales, los “mercados”… intentando obtener una pista sobre cuál va a ser el rumbo que tomemos una vez termine el traspaso de poderes.

Los más osados intentan acudir a las fuentes. Abordan a Fulanito, Menganito y Zutanito en la calle e intentan que se les escape alguna primicia. Sin embargo, todo lo que consiguen es un lacónico “nosotros estamos igual, no sabemos nada, estamos muy nerviosos por si nos toca…”

Un momento: ¿no saben nada? ¿Están diciendo realmente que aquellos que serán ministros dentro de dos semanas todavía no saben que lo van a ser? Y, en caso de que sea así, ¿a qué esperan para saberlo? Han criticado (con toda la razón del mundo) al gobierno en funciones por no haber acelerado el traspaso de poderes, y nos enteramos de que los que se van a hacer cargo de los ministerios están de vacaciones, disfrutando de un merecido descanso después de la agotadora campaña electoral…

En una situación como la que estamos, los nombres del nuevo gabinete deberían haber estado decididos desde el día posterior a la convocatoria de elecciones. Es cierto que, por respeto al sistema democrático, esa decisión no debe hacerse pública, pero los nuevos ministros deberían estar trabajando en sus nuevas responsabilidades desde ese momento. Después, tras la victoria electoral por mayoría absoluta, la composición de ese gobierno debería haberse hecho pública de inmediato para que los ministros entrantes se encargasen del traspaso de poderes junto con los salientes.

Lo que no tiene ningún sentido es que este traspaso lo estén realizando los portavoces, mientras que la Ministra de Cultura está en Moscú de vacaciones, la Ministra de Economía está en México labrándose un futuro, el Ministro de Fomento está echando gasolina al coche y el resto… bueno: el resto de ministros ya no estaban antes tampoco, así que…

Espero sinceramente que las cosas no estén sucediendo así. Espero sinceramente que los nuevos ministros lleven trabajando, al menos, desde el mes de septiembre, y que el secretismo del que está haciendo gala Rajoy sea sólo una impostura de cara a la galería. Porque como no sea así… empezamos bien.

martes, 11 de octubre de 2011

Replicante

"He visto cosas que nunca creeríais: atacar naves en llamas sobre el hombro de Orión; he visto Rayos C brillar en la oscuridad cerca de las puertas de Tannhäuser… Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como las lágrimas en la lluvia. Es hora de morir…"

De lo que Roy (el novedoso replicante Nexus 6) se lamentaba, en su agonía, era de la terrible injusticia de la finitud de su propia vida. Consciente de que fue creado con una fecha de caducidad, fija, inamovible, pero desconocida, se angustiaba hasta el punto de malgastar los últimos momentos de su existencia en buscar a su creador a la espera de respuestas.

¿Qué respuestas buscaba el replicante? Ni siquiera él lo sabía. Conocer por anticipado la fecha del fin de su existencia no cambiaría en nada el hecho de que debe morir, por lo que conocer el momento sólo serviría para aumentar su angustia. ¿Qué buscaba, entonces, en su creador? ¿Qué podía ofrecerle en sus postreros momentos? No podía reconfortarlo, no podía ofrecerle ningún consuelo ante la perspectiva de dar el salto definitivo a la vacuidad.

No; Roy no buscaba respuestas: Roy quería matar a su padre; hacerle pagar por el crimen de haberlo hecho imperfecto: tan superior en todos los aspectos a los humanos… pero con la certeza de su propia destrucción pendiendo sobre su cabeza como una Espada de Damocles.

Era injusto. Él no podía desaparecer; él había visto cosas que nadie creería, cosas que no podían desaparecer en mitad de la noche como un chispazo de luz. Alguien tenía que pagar por tal vileza: su creador debía morir con él.

Lo que Roy nunca pudo entender es que él, de la misma forma que el resto de los replicantes, no era especial en absoluto. De la misma forma que él, todos hemos visto cosas que los demás no creerían; todos tenemos nuestro bagaje de cosas maravillosas que se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia; porque incluso las maravillas que hemos conseguido transmitir a los demás han anidado en nosotros de una manera única e irrepetible, de una manera que se perderá irremediablemente cuando entreguemos nuestro último aliento.

Nosotros también tenemos nuestra fecha de caducidad, fija, inamovible, pero desconocida. Nosotros también nos encaminamos, paso a paso, hacia ese punto en el que deberemos ceder el sitio a los que vienen detrás, para darles la oportunidad de ver sus propias cosas maravillosas, cosas que los demás nunca creerían. Y, al igual que hacían los replicantes, esa incertidumbre, esa angustia, nos impele a buscar a nuestro Creador en busca de respuestas. ¿Qué respuestas?

Ni siquiera nosotros lo sabemos. Saber el día de nuestro fin no cambiaría el hecho de tener que dar el salto a la inmensidad. El miedo ante lo desconocido se une al hecho de la indignación por nuestra propia pérdida, y, al igual que los replicantes, buscamos la muerte de nuestro Creador, para castigarlo por tan gran injusticia. Y una vez que ha muerto, una vez que nos hemos asegurado de estar solos en nuestra existencia, asumimos que nada cambia el hecho de que hemos sido creados con fecha de caducidad, y que ahora no hay nadie a quien podamos pedir explicaciones.

Roy terminó sus días angustiado porque había acabado con la única persona que podía haberle dado alguna pista acerca del sentido de su vida y de su muerte. Murió solo, porque no pudo aceptar que las vidas que dejaba atrás valían, al menos, tanto como la suya. Y murió aborrecido por los demás, porque su propio endiosamiento, tras haber matado a su padre, le hizo aceptar que podía disponer de la vida de los demás para aplacar su rabia y ocultar su impotencia.

A lo mejor no es tan mala idea aceptar que nuestro Creador se encuentra, en realidad, al otro lado, donde podremos obtener las respuestas a las preguntas que aún no conocemos, mientras esperamos, despreocupados, a que llegue esa fecha de caducidad que nadie en este mundo conoce.

Al final, todo aquel que se considera a sí mismo un dios, cuando se enfrenta a su propia insignificancia, descubre que no pasa de ser un vil demonio.

lunes, 3 de octubre de 2011

Patrimonio

Cuando la economía decide no darnos un respiro; cuando la gente tiene verdaderos problemas para llegar a fin de mes y todo gasto parece superfluo, tenemos tendencia a volver los ojos hacia arriba, contemplar a los que están algo mejor que nosotros, y exclamar ¡no es justo!

No es justo que, mientras que yo no puedo comprar la comida que me gustaría, o no puedo hacer frente a mi préstamo hipotecario, o directamente he perdido el piso, otros se compren un coche nuevo, o se vayan de vacaciones, o lleven a sus hijos a un colegio de pago.

Por eso, es de justicia que, mientras que las cosas no vayan bien, los que más tienen hagan un esfuerzo y contribuyan a que los más desfavorecidos puedan salir de esa situación. Para ello, el Gobierno ha decidido “rescatar” el Impuesto de Patrimonio, para recaudar un 1% de las grandes fortunas. De esta forma, se obtendrán mil millones de euros, que se dedicarán a la creación de empleo.

¿Y quiénes son los que más tienen? ¿Quiénes son esas grandes fortunas que se sacrificarán por los más necesitados? Amancio Ortega, Isidoro Álvarez, Tita Cervera, Cayetana Fitz-James, Florentino Pérez… Todos esos ricos asquerosos que han amasado su fortuna explotando al trabajador, especulando con el dinero de todos o a base de pelotazos urbanísticos.

Pero con esta gente no se llega a lo que se necesita recaudar. Hay que aplicar el impuesto a otros que no tienen tanto… pero que aun así, siguen teniendo mucho. 700.000 euros es un fortunón que ya lo quisieran muchos, así que ése es el límite a partir del cual uno es lo suficientemente rico como para ser considerado un rico asqueroso.

Pero, ¿son realmente descabellados los patrimonios de un millón de euros (descontando los primeros 300.000 de la vivienda habitual, que están exentos)?

Un matrimonio que conozco entraría dentro de esta categoría. La verdad es que no les ha ido mal en la vida: él ha tenido un buen puesto en una gran empresa de informática, hasta que se jubiló; ella viene de una familia de la alta burguesía vasca, por la cual tiene participaciones en una empresa siderúrgica de Bilbao, que le ha ido dando unas rentas aceptables.

Estas dos entradas de dinero les han permitido vivir acomodadamente. Sin grandes lujos: no tienen un Ferrari, sino un Mondeo; no veranean en la Costa Azul, sino en Gandía; no tienen un lujoso yate en Marbella, ni tan siquiera un pequeño fueraborda. Eso sí, tienen un buen piso en una zona céntrica de Madrid, y un chalet de capricho en una urbanización nada exclusiva de la Sierra Oeste.

Pero hace unos años, él se jubila, y el sueldo que acostumbraba a llevar a casa se ve drásticamente reducido. Además, hace aparición la crisis, y una serie de inversiones erróneas realizadas por la siderúrgica hace que quiebre, con lo que se acaban también las rentas. En ese momento, es prioritario cancelar todos los gastos superfluos, pero el chalet de la Sierra es un saco sin fondo que se come todos los ahorros; hay que venderlo como sea, pero, debido a la crisis, lo que se ofrece por él ni siquiera pagaría la hipoteca. Están en un serio aprieto…

Entonces llega Rubalcaba y decide que, al tener dos inmuebles con un valor catastral de alrededor de un millón de euros cada uno, forman parte de esa casta privilegiada que vive a cuerpo de rey y a la que hay que sangrar para recaudar más y alimentar a la insaciable máquina de gastar que es el Estado.

Afortunadamente para esta historia, en la Comunidad de Madrid no se aplicará el nuevo viejo impuesto. De haber sido de otra forma, este matrimonio habría tenido que pagar un total de veinte mil euros (y otros veinte mil el año que viene); un total de casi ocho millones de pesetas de los que, en este momento, no disponen.

¿Qué opciones les quedarían en el caso contrario? Vender el chalet; con urgencia, a cualquier precio, asumiendo una minusvalía de aproximadamente 400.000 euros, quedándose con una hipoteca millonaria por un inmueble que ya no poseen, y procurando gastar el dinero obtenido, para que no compute como patrimonio el año que viene.

De esta forma, un impuesto diseñado para recaudar 40.000 euros ha tenido el efecto de disminuir su patrimonio en 400.000. ¿Un 1%? El que quiera que haga las cuentas y llegue a sus propias conclusiones.

Mientras tanto, Amancio Ortega, Isidoro Álvarez, Tita Cervera, Cayetana Fitz-James y Florentino Pérez tienen su patrimonio convenientemente blindado, a nombre de sus empresas o de sociedades varias, cuando no se les aplican deducciones por los motivos más peregrinos.

Al final, señor Rubalcaba, los impuestos los pagan siempre los mismos. Lo que tiene que hacer antes de aumentarlos… es dejar de gastar.

Como hacemos todos.

viernes, 15 de julio de 2011

Los mercados atacan al Euro...

...y luego resulta que los mercados son Alemania y Francia (Merkel y Sarkozy), que, casualmente, utilizan el euro como moneda. Debe de ser la primera vez en la historia que un gobierno ataca a la moneda de su país para desestabilizarla.


Pero ¿cómo hacen realmente los pérfidos mercados para atacar al euro? Pues parece que su táctica es negar la financiación a determinados países (los más débiles) para forzarlos a entrar en bancarrota. Al no haber suficiente dinero para rescatar a estos países, la Zona Euro quebraría y alguien (no se sabe exactamente quién) ganaría un montón de dinero con esta quiebra.


A mí, personalmente, me resulta difícil de comprender, porque no termino de ver a quién puede beneficiar que Europa desaparezca como “potencia económica”. El mantra de “Los Mercados” no me da ninguna pista por lo impersonal y porque no me cuadra que sacar del mercado a 400 millones de personas de alto poder adquisitivo vaya a mejorar en algo la situación de “Los Mercados”. Así que me he buscado otra explicación.


En el fondo, la economía de un país funciona como la de una familia: existen una serie de ingresos que sirven para acumular un capital que se utilizará para la adquisición de bienes o servicios, o para el ahorro.


Ahora bien: hay determinados gastos que superan la capacidad de pago al contado tanto de familias como de países; dos ejemplos típicos son la adquisición de una vivienda en el primer caso o la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad en el segundo. Para acometer ambos proyectos se puede confiar en el ahorro, pero eso implicaría tener una capacidad de predicción de necesidades a muy largo plazo que la mayor parte de las veces no es posible tener. La otra opción es acudir a la financiación externa, en la que una determinada entidad (un banco, un inversor o un malvado especulador) nos proporciona el dinero que necesitamos con la condición de que se lo devolvamos en un plazo determinado y con unos intereses pactados.


En otras ocasiones, no se trata de que no se sea capaz de afrontar un determinado gasto, sino que puede que sea más barato comprar hoy con el dinero de mañana. Creo que se verá más claro con un ejemplo doméstico. Supongamos que gano 100.000 euros al año y quiero comprarme un coche que vale 30.000. Podría ahorrar 2.500 euros al mes, y, al cabo de 12 meses tendría el dinero para comprarme el coche.


Ahora bien, yo tengo una previsión de que el año que viene me van a subir el sueldo un 5% y de que la inflación va a ser del 3%. Eso significa que cuando vaya a comprar el coche, éste ya no me costará 30.000 euros, sino 30.900, pero el dinero lo estaré ahorrando de mi sueldo de 100.000 euros, no del de 105.000. ¿No sería más útil comprar el coche con el precio de hoy pero con el sueldo del año que viene? Aun en el caso de que tuviese que pagar unos intereses del 1% TAE, el coche tendría un sobreprecio de tan sólo 300 euros, pero dispondría de 5.000 euros más para gastar. Si hubiese ahorrado con anterioridad a la compra, habría dispuesto de 5833 euros al mes durante un año; aplazando el pago, dispondré de 6175 durante el año que esté pagando. A todos los efectos, el coche me saldrá más barato.


El problema viene cuando mi predicción falla y no me suben el sueldo al año siguiente. En ese caso deberé afrontar, con el mismo sueldo, la compra del coche más el pago de los gastos corrientes del día a día, que, además, se habrán encarecido un 3%. Si me he dedicado a vivir al día y mi tasa de ahorro es cero, estoy en un aprieto. La única opción entonces es priorizar los pagos, por lo que utilizo mi sueldo para pagar la hipoteca (lo más importante, ya que no quiero quedarme sin casa), y utilizo la tarjeta de crédito para aplazar otros pagos, como la ropa, la comida… y ese viaje a Cancún, que me hacía mucha ilusión, y bueno, como los tipos están bajos no me supondrá mucho.


Pero llega el año siguiente y siguen sin subirme el sueldo, y el IPC se ha vuelto a ir al 3%, y los tipos de interés ya no están al 1, sino al 1,5%, y tengo que pagar los intereses de la tarjeta de crédito y no me llega el dinero, por lo que voy al banco y pido un préstamo personal al 5% para liquidar los pagos. Pero como me he acostumbrado a este ritmo de vida sigo tirando de tarjeta de crédito (esta vez para irme a esquiar a los Alpes), y cuando el año siguiente tenga que pagar los intereses me encontraré con que tampoco tengo dinero y que tengo que pedir otro préstamo para hacer frente a los pagos…


Y entonces, el malvado especulador al que le estoy pidiendo el dinero me dirá: Tiene usted una hipoteca, una tarjeta de crédito que no es capaz de pagar, un préstamo personal, y me está pidiendo otro préstamo; la experiencia me dice que es muy posible que no sea capaz de pagarme, y para cubrir ese riesgo le tengo que pedir un tipo del 8%.


Y yo acepto, porque ese viaje a Suiza me hace muchísima ilusión, y ya veremos qué pasa al año que viene, cuando me toque pagar. Y lo que pasa es que, como era previsible, no puedo. Y cuando intento repetir la jugada, pidiendo un nuevo préstamo, me dicen que nones: que o les presento un plan de racionalización de mis ingresos y gastos o no hay un duro. Y yo, que no soy capaz de renunciar al colegio de élite de mis dos niños (la educación es lo primero, oiga), ni al carísimo seguro médico privado (la salud es la salud) ni a los dos coches de lujo con sus seguros, también de lujo (es que con un coche de gama más baja voy más desprotegido) le digo al banco que, en vez de ir a cenar al Asador Chistu una vez a la semana, voy a ir una vez cada quince días.


Y el banco, por supuesto, me dice que en esas condiciones no hay dinero. Y me embargan el sueldo para pagar lo que ya debo, y eso hace que no tenga dinero para pagar la luz, el agua y el gas, con lo que me los cortan; y no tengo suficiente para pagar la hipoteca, y comienza el proceso de deshaucio…


Y entonces comienzo a protestar, porque estoy soportando el ataque de los mercados, que intentan desestabilizar mi economía, y sufro el acoso de los especuladores, que me obligaron a gastar lo que no tenía para luego cebarse en mi desgracia.


Y decido comenzar una campaña para obligar a los bancos (sí, esos malditos especuladores) a que me sigan financiando, para poder comprarme otro coche, y viajar a Cancún y a Suiza, y salir a cenar al Chistu todas las semanas…


Y el que venga detrás, que arree.

miércoles, 22 de junio de 2011

¡Calla ya, Cayo!

El señor Lara, don Cayo, está indignado.

Y como el señor Lara, don Cayo, está indignado, se ha puesto (o lo ha intentado) a la cabeza del otro grupo de indignados: los que viven en la Puerta del Sol y atacan a la policía en Barcelona; porque está de acuerdo con sus planteamientos, y opina que uno de los principales problemas de España son los partidos políticos; partidos como el que él mismo (presuntamente) preside.

Y como el señor Lara, don Cayo, está indignado, se ha ido a protestar por el deshaucio de una familia que no ha podido pagar su hipoteca, como ha hecho siempre con todos los deshaucios de impagados. Eso sí: a título personal, no como (presunta) cabeza del partido que (presuntamente) dirige, ya que todos sabemos que el señor Lara, don Cayo, está en contra de los partidos políticos, que no representan a nadie y son la causa de todos nuestros problemas.

Pero lo que de verdad ha indignado al señor Lara, don Cayo, es que las bases del partido que (presuntamente) preside se hayan dado cuenta de que treinta años de gobiernos del PSOE han llevado a la ruina a Extremadura y Andalucía, y hayan decidido no sostener, con sus votos, a moribundos gobiernos municipales y autonómicos.

Lo que de verdad indigna al señor Lara, don Cayo, es que gobierne el PP en cualquier sitio, con mayoría absoluta o sin ella, con apoyos o sin ellos; la función del partido político que (presuntamente) dirige es evitar a toda costa que el PP consiga gobernar ayuntamiento, comunidad o parlamento alguno. Como muy claramente afirmó, los extremeños votaron en contra del PP, ya que sumaba menos escaños que el PSOE e IU; por lo tanto, debían dar su apoyo al PSOE, que había obtenido menos escaños todavía. Esa es la idea de democracia y representatividad que tiene el señor Lara, don Cayo, muy acorde con las ideas de los indignados con los que tanto se identifica.

Lo que no indigna, sin embargo, al señor Lara, don Cayo, es que los militantes de su partido en las Vascongadas apoyen y formen parte de esa asamblea de municipios o Udalbiltza, patrocinada por ETA, que intentó conseguir representación política al margen de las instituciones democráticas (que, evidentemente, no representan a nadie, como dicen los indignados).

Lo que no indigna, además, al señor Lara, don Cayo, es que los militantes de su partido en las Vascongadas apoyen y formen parte de esa coalición miserable parida y pensada por ETA, llamada Bildu, que ha conseguido meter de nuevo a los terroristas en los ayuntamientos. No le indigna que sus compañeros de viaje amenacen, acogoten, agredan, insulten y humillen a los pocos concejales del PP que han tenido el valor de presentarse a las elecciones municipales en las Vascongadas. No le indigna que en los ayuntamientos que ellos han ayudado a constituir se enaltezca la memoria de asesinos condenados y confesos. No le indigna que en los ayuntamientos ahora gobernados por ETA se aparquen las necesidades de la gente para centrar todos sus esfuerzos en la construcción nacional de Euskalerría.

Porque, a difenrencia del PP, Bildu sí representa a los indignados (entre los que se encuentra el señor Lara, don Cayo). ETA forma parte de la solución al problema en el que nos han metido los partidos políticos. Batasuna es el proyecto político que regenerará la democracia.

Como muy claramente comunicó el señor Lara, don Cayo, Izquierda Unida no permitirá ni por activa ni por pasiva que gobierne el PP. Puestos a elegir, prefieren dar su apoyo a ETA.

Y así nos luce el pelo.

viernes, 11 de marzo de 2011

Qué es lo que (no) sabemos del 11M

Recién cumplidos siete años de la mayor masacre terrorista de Europa, el 11M se ha convertido en un tema tabú para medios de comunicación, políticos y personajes públicos en general. Tras la publicación de la sentencia por el tribunal presidido por Gómez Bermúdez, y la posterior revisión por parte del Tribunal Supremo, es habitual escuchar que "sabemos toda la verdad" sobre el atentado.

Pero, ¿es eso cierto? ¿Sabemos todo lo que pasó en el atentado? ¿O se ha cerrado en falso? Para comprobarlo, he recopilado una serie de preguntas que, hoy, siete años después, aún siguen esperando contestación.

1.- ¿Quién fue el autor intelectual del atentado? Desde el primer momento se barajaron varias hipótesis, dependiendo del estado en el que se encontraba la investigación. Finalmente, la versión oficial apuntó a Rabei Osman "El Egipcio" como autor intelectual. Pero, sorprendentemente, el juicio lo absolvió de todos los cargos. ¿Quién fue, entonces, el organizador? ¿Quién lo planeó, lo financió y seleccionó a quien lo ejecutaría? Esa persona sigue libre.

2.- ¿Quién fue el autor material del atentado? Es decir: ¿Quién puso las bombas? La versión oficial indica que fueron los siete "suicidas" de Leganés, Jamal Zougham y una novena persona desconocida. Lo cierto es que a Zougham le identificaron tres personas distintas en tres trenes distintos... al mismo tiempo; los "suicidas" de Leganés no fueron realmente juzgados (por razones obvias) y el noveno terrorista... bueno, como en el caso del autor intelectual, sigue libre. Así que, en realidad, sólo tenemos un terrorista para doce bombas distintas en cuatro trenes.

3.- ¿Dónde accedieron los terroristas a los trenes? La versión oficial indica que los nueve terroristas subieron a los trenes en la estación de Alcalá de Henares. Sin embargo, no hay ningún testigo presencial de esto. La única prueba es la existencia de dos coches sospechosos en las cercanías de la estación. Sorprendentemente, las cámaras de seguridad de la estación dejaron de grabar ese día; no el anterior, ni el siguiente, sino el 11 de marzo de 1004. Por lo tanto, a diferencia d elos atentados de Londres, no hay ningún documento gráfico que muestre a los terroristan accediendo a los trenes.

4.- ¿Cómo transportaron los explosivos hasta Alcalá de Henares? Según la versión oficial, los dos coches aparecidos en Alcalá de Henares fueron los utilizados para llevar a los nueve terroristas hasta los trenes. Ambos coches habían aparecido repletos de pruebas que apuntaban hacia los que luego serían considerados autores materiales. Sin embargo, nada más comenzar el juicio, Gómez Bermúdez eliminó del sumario uno de ellos (un Skoda Fabia) ya que se probó que ni el día de los atentados ni en los días posteriores el coche se encontraba donde después fue hallado. Era imposible, por lo tanto, que hubiese sido utilizado por los terroristas. Es segundo coche (una Renault Kangoo) fue también eliminada posteriormente del proceso por el Tribunal Supremo, ya que quedó demostrado que las pruebas que se hallaron en su interior no se encontraban en el coche cuando fue recogido por la policía. Por lo tanto, los medios de transporte utilizados siguen sin conocerse.

5.- ¿Qué explosivo fue utilizado? Nuevamente, la versión oficial habla de Goma 2 ECO. Más concretamente, la fiscal del caso (Olga Sánchez) hablaba de "Goma 2 ECO y ¡Vale ya! Sin embargo, la sentencia es menos categórica. Se dice específicamente que NO se sabe la composición del explosivo utilizado, pero que se trata de dinamita tipo Goma. Esto dej abiertas varias posibilidades, entre las que se encuentra la Goma 2 ECO, la Goma 2 EC, e incluso la dinamita Tytadine.

6.- ¿De dónde procedía el explosivo? Sgún la versión oficial, el explosivo fue robado de una mina asturiana (Mina Conchita) por Emilio Suárez Trashorras, que se la vendió a un marroquí (jamal Ahmidan), que posteriormente tomaría parte en los atentados y se "suicidaría" en Leganés. De la misma manera que antes, la sentencia es menos categórica, y asume que el explosivo provenía "en todo o en parte" de Mina Conchita. Si provenía en parte, han quedado sin juzgar, al menos, un suministrador y un intermediario, que se encuentran libres sin haber pagado por su crimen.

7.- ¿Quién y cómo murió en Leganés el 3 de abril de 2004? La sentencia, en este punto es categórica: murieron siete terroristas implicados en la colocación de varias de las bombas en los trenes (Jamal Ahmidan, Serhane ben Abdelmajid, Abdennabi Kounjaa, Asrih Rifaat, Mohamed Oulad, Rachid Oulad y Allekema Lamari), y, de forma bastante evidente, lo hicieron debido a la explosión de la dinamita que tenían en el piso. Sin embargo, lo cierto es que a ninguno de los cuerpos se le practicó la autopsia, por lo que tanto la identificación como la causa de la muerte se determinaron por indicios colaterales. Esto, sin embargo, no habría tenido la mayor importancia, de no haber sido porque uno de los "suicidas" apareció meses más tarde el Siria, para luego tomar parte en otro atentado (esta vez sí fue suicida) en Irak, mientras que otro de los "suicidas" se encuentra actualmente cumpliendo pena de prisión en Marruecos.

Mientras estas siete preguntas no sean contestadas sin ningún asomo de duda, no se podrá decir que se sabe todo lo que ocurrió en relación con el atentado. Es, por lo tento, deber de las autoridades seguir investigando para, al menos, disponer de una explicación coherente de los hechos, aunque, debio a su lejanía, ya resulte poco menos que imposible identificar y castigar a los culpables.

Como cuestión aparte, me queda en el tintero una última pregunta: Si la versión oficial es cierta y el 11M fue perpetrado por siete traficantes de poca monta y un esquizofrénico ¿por qué era necesario torpedear la investigación y sembarla de pruebas falsas? ¿Qué necesidad había de inventar pruebas que inculpasen a los autores, si las pruebas verdaderas ya lo harían por sí mismas? De manera un poco apresurada, se me ocurren las siguientes preguntas sin respuesta:

8.- ¿Quién ordenó destruir los trenes, cuando la ley exige que se mantuviesen intactos y custodiados hasta la terminación del juicio?
9.- ¿Quién colocó en la comisaría de Vallecas una "mochila bomba" cuyo explosivo pertenecía al mismo lote que una partida de Goma 2 ECO que la policía utilizaba para sus investigaciones?
10.- ¿Quién dio autorización a los Tedax para que hiciesen los análisis de los explosivos, cuando la ley indica que dichos análisis los debe realizar la policía científica?
11.- ¿Quién colocó en Alcalá de Henares un Skoda Fabia lleno de pruebas que inculpaban a los "suicidas" de Leganés?
12.- ¿Quién colocó en la Renault Kangoo de Alcalá de Henares efectos personales de Jamal Ahmidan y restos de explosivos que, según argumenta el Tribunal Supremo NO SE ENCONTRABAN EN EL COCHE cuando fue detectado por la policía local?
13.- ¿Quién envió sendos faxes a Telemadrid y a un periódico nacional, usando el nombre de los "suicidas" de Leganés, desde un fax que no se encontraba en el piso?
14.- ¿Quién llamó a Marruecos para despedirse de sus familiares ante la inminencia del "suicidio" con un móvil que seguía en uso meses después de la explosión?

Sigo pensando que, hasta que no se pueda dar una respuesta coherente a estas preguntas, no podremos decir que se sabe todo acerca del 11M.