El señor Lara, don Cayo, está indignado.
Y como el señor Lara, don Cayo, está indignado, se ha puesto (o lo ha intentado) a la cabeza del otro grupo de indignados: los que viven en la Puerta del Sol y atacan a la policía en Barcelona; porque está de acuerdo con sus planteamientos, y opina que uno de los principales problemas de España son los partidos políticos; partidos como el que él mismo (presuntamente) preside.
Y como el señor Lara, don Cayo, está indignado, se ha ido a protestar por el deshaucio de una familia que no ha podido pagar su hipoteca, como ha hecho siempre con todos los deshaucios de impagados. Eso sí: a título personal, no como (presunta) cabeza del partido que (presuntamente) dirige, ya que todos sabemos que el señor Lara, don Cayo, está en contra de los partidos políticos, que no representan a nadie y son la causa de todos nuestros problemas.
Pero lo que de verdad ha indignado al señor Lara, don Cayo, es que las bases del partido que (presuntamente) preside se hayan dado cuenta de que treinta años de gobiernos del PSOE han llevado a la ruina a Extremadura y Andalucía, y hayan decidido no sostener, con sus votos, a moribundos gobiernos municipales y autonómicos.
Lo que de verdad indigna al señor Lara, don Cayo, es que gobierne el PP en cualquier sitio, con mayoría absoluta o sin ella, con apoyos o sin ellos; la función del partido político que (presuntamente) dirige es evitar a toda costa que el PP consiga gobernar ayuntamiento, comunidad o parlamento alguno. Como muy claramente afirmó, los extremeños votaron en contra del PP, ya que sumaba menos escaños que el PSOE e IU; por lo tanto, debían dar su apoyo al PSOE, que había obtenido menos escaños todavía. Esa es la idea de democracia y representatividad que tiene el señor Lara, don Cayo, muy acorde con las ideas de los indignados con los que tanto se identifica.
Lo que no indigna, sin embargo, al señor Lara, don Cayo, es que los militantes de su partido en las Vascongadas apoyen y formen parte de esa asamblea de municipios o Udalbiltza, patrocinada por ETA, que intentó conseguir representación política al margen de las instituciones democráticas (que, evidentemente, no representan a nadie, como dicen los indignados).
Lo que no indigna, además, al señor Lara, don Cayo, es que los militantes de su partido en las Vascongadas apoyen y formen parte de esa coalición miserable parida y pensada por ETA, llamada Bildu, que ha conseguido meter de nuevo a los terroristas en los ayuntamientos. No le indigna que sus compañeros de viaje amenacen, acogoten, agredan, insulten y humillen a los pocos concejales del PP que han tenido el valor de presentarse a las elecciones municipales en las Vascongadas. No le indigna que en los ayuntamientos que ellos han ayudado a constituir se enaltezca la memoria de asesinos condenados y confesos. No le indigna que en los ayuntamientos ahora gobernados por ETA se aparquen las necesidades de la gente para centrar todos sus esfuerzos en la construcción nacional de Euskalerría.
Porque, a difenrencia del PP, Bildu sí representa a los indignados (entre los que se encuentra el señor Lara, don Cayo). ETA forma parte de la solución al problema en el que nos han metido los partidos políticos. Batasuna es el proyecto político que regenerará la democracia.
Como muy claramente comunicó el señor Lara, don Cayo, Izquierda Unida no permitirá ni por activa ni por pasiva que gobierne el PP. Puestos a elegir, prefieren dar su apoyo a ETA.
Y así nos luce el pelo.
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