sábado, 5 de diciembre de 2009

Una pequeña cita

No es el estilo de este blog, pero no he podido resistirme a apuntar aquí una cita maravillosa que acabo de leer. Espero que coincidamos en valorar la importancia que tiene, por cómo se adapta, 40 años después, a lo que está pasando en España.

A medida que la libertad política y económica disminuye, la libertad sexual tiende, en compensación, a aumentar. Y el dictador (a menos que necesite carne de cañón o familias con las cuales colonizar territorios desiertos o conquistados) hará bien en favorecer esta libertad. En colaboración con la libertad de soñar despiertos bajo la influencia de los narcóticos, del cine y de la radio, la libertad sexual ayudará a reconciliar a sus súbditos con la servidumbre que es su destino.

Aldoux Huxley. Prólogo a la versión inglesa de Un mundo Feliz (1969)

sábado, 28 de noviembre de 2009

No aumentará el nivel del mar

A no ser, claro está, que nos pille la marea alta...

A pesar de todas las informaciones con que nos bombardean desde hace años; a pesar del aparente consenso político, mediático y científico; a pesar del riesgo de ser acusado de negacionista y, por consiguiente, de ser tratado como un delincuente en potencia, yo estoy absolutamente convencido de que el nivel del mar no aumentará significativamente en los próximos años, anegando nuestras costas y forzando el exilio de millones de personas a las zonas áridas del planeta.

Repito: no es una suposición ni una corazonada; estoy absolutamente convencido de lo que digo, y este convencimiento está apoyado exclusivamente en dos hechos, que por otro lado, están completamente al alcance de cualquiera que quiera verlos.

El primero de los hechos tiene que ver con los pronósticos que se han hecho hasta ahora. Han sido muchos y muy variados. Según ellos, el mar iba a subir entre los 60 cm. de los modelos más conservadores, hasta los varios metros de las predicciones más catastrofistas. Pero no es esta discrepancia la que me lleva a pensar que no tienen razón.

Las primeras predicciones sobre aumento de temperaturas y del nivel del mar se hicieron a principios de los años 90, y pronosticaban una subida generalizada de las aguas en un plazo de entre 30 y 50 años, con unos efectos que deberían comenzar a notarse alrededor... de 2010.

Pues bien, 2010 llega dentro de un mes, y no ha podido constatarse ningún aumento del nivel del mar, ni pequeño ni grande, en ninguna parte del mundo; ni siquiera en el pequeño país de Vanuatu, un archipiélago con una altura media tan pequeña que quedaría sumergido bajo las aguas a principios del siglo XXI.

Es evidente que ni Vanuatu ni ningún otro país ha desaparecido engullido por el océano, por lo que ahora, las predicciones reducen la magnitud del aumento de las aguas, y lo posponen a un momento más lejano, entre los 80 y los 100 años. ¿Qué nos hace pensar que esta vez, las predicciones son correctas, y que no quedarán convertidas en papel mojado, como aquella que aseguraba que Vanuatu se convertiría en el primer país de la historia que desaparecería debido a las fuerzas de la Naturaleza?

De todas formas, siendo (en mi opinión) suficientemente convincente este primer hecho, existe un segundo dato que demuestra muy a las claras que el mar no aumentará de manera perceptible en las próximas décadas.

A nadie puede pasar desapercibido que, antes de explotar la tan cacareada crisis global, uno de los negocios con más proyección en todo el mundo era el de la construcción. Y junto con la construcción residencial en las grandes ciudades de los países desarrollados, quizás el sector que más creció en los últimos años es el de los complejos de recreo, multiplicando los centros de vacaciones en países tradicionalmente turísticos, y creando grandes infraestructuras turísticas de lujo en otros con menos tradición.

Quizás la característica más común de estos espacios turísticos es su localización en zonas costeras. Desde los complejos turísticos del Caribe, a los atolones del Pacífico, pasando por los países del área mediteránea, la costa africana del Índico o los países del sudeste asiático, la oferta de turismo de lujo en estas zonas no ha hecho sino aumentar en las últimas dos décadas, coincidiendo con el aumento del nivel de vida en todo el mundo.

Es especialmente relevante el complejo turístico levantado en Dubai, con dos conjuntos de islas artificiales repletas de mansiones de lujo, acompañadas del Burj al Arab, el hotel más lujoso del mundo. Todas estas construcciones, carísimas, están situadas a escasos centímetros sobre el nivel del mar. ¿En qué estaban pensando los constructores cuando las diseñaron?

Pues estaban pensando, evidentemente, en que el mar no iba a subir ni un solo centímetro en los próximos 100 años. No es un pensamiento baladí: a diferencia de los "climatólogos" del IPCC, un error en sus predicciones les costaría miles de millones de dólares, unas pérdidas que no se podrían permitir.

Tampoco es aceptable pensar en un deseo de enriquecimiento rápido para luego desentenderse cuando la furia del mar se tragase la isla de David Beckam: estas promociones tardarán probablemente décadas en amortizarse (algunas ni siquiera están terminadas de construir), y un error de apreciación de sólo 15 años puede significar la diferencia entre la ruina y la riqueza.

En fin, que me enrollo más que una persiana: cuando dos predicciones chocan frontalmente tiendo siempre a creer a quien ha invertido su dinero en ella; y desde luego, no han sido los calentólogos quienes lo han hecho.

El día en que, en lugar de ganar dinero, lo arriesguen con sus predicciones, empezaré a tomar en consideración a los "científicos" del IPCC.

martes, 27 de octubre de 2009

Nos toman por imbécles

Originalmente, iba a ser una pregunta. Pero pensándolo mejor, he llegado a la conclusión de que no queda lugar para la duda. Nos toman por imbéciles. Y lo peor de todo es que no estoy absolutamente convencido de que no tengan razón.

Hace unos días, en medio de una revolución social por la aplicación de la nueva tasa de basuras, Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, se defendía de la acusación de exprimir a los madrileños a base de impuestos. Argumentó que los impuestos municipales que han subido no están establecidos por el ayuntamiento, que la tasa de basuras viene impuesta por la Unión Europea y que, como muestra de buena voluntad, para este año que viene, el ayuntamiento va a congelar los impuestos, renunciando a actualizarlos según el IPC.

Este año, por primera vez en décadas, el IPC probablemente sea negativo (todos los indicadores así lo prevén). De esta forma, renunciando a actualizar los impuestos, a lo que está renunciando es... a bajarlos.

¡Qué gran favor está haciendo a los madrileños este grandísimo alcalde!

lunes, 12 de octubre de 2009

Nobel

Era evidente que tarde o temprano iba a acabar escribiendo sobre la concesión del Premio Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Reconozco, además, que en este asunto, el comentario no va a estar en consonancia con el nombre del blog; porque en él, mis opiniones, sorprendentemente, no van a contracorriente.

Los que me conocen saben perfectamente la estima en que tengo al premio Nobel de la Paz. Lo considero un premio creado a mayor gloria del progresismo más rancio y del pensamiento políticamente correcto. No se podría entender, de otra forma, que hayan sido merecedores de este galardón terroristas como Yaser Arafat o Nelson Mandela, amigos de los terroristas como Jimmy Carter o David Trimble, mentirosos compulsivos como Rigoberta Menchú, Muhammad Yunus o Al Gore, racistas consumados como Desmond Tutu, pandas de violadores como los cascos azules, y siempre, siempre, el organismo multinacional de turno: ACNUR, UNICEF, OIT, otra vez ACNUR, Cascos Azules, la ONU, el Secretario General de la ONU, OIEA... en fin, que resultaba algo evidente que el comité del Nobel de la Paz era algo así como el pelota oficial de la ONU y de todos sus organismos (o lo que es lo mismo, el pelota oficial de todas las dictaduras del mundo representadas durante décadas en esta Organización).

Pero lo de Obama ha pasado, como se dice coloquialmente, de castaño oscuro. Porque, ¿qué ha hecho este personaje para merecerlo? Dos discursos (uno de ellos, en El Cairo rindiendo Occidente al Islam), el relajamiento de los controles a los programas nucleares de Irán y Corea del Norte (con lo que deja a los pies de los cabalos a Israel y Corea del Sur) y la eliminación del proyecto de escudo antimisiles en Europa del Este, con lo que deja con el culo al aire a media Europa, a expensas de las ansias expansionistas rusas.

¿Es esto suficiente para conceder un Nobel de la Paz? Si miramos los estándares de años anteriores, probablemente sí. Pero nadie en el mundo ha conseguido disimular su sorpresa por una decisión que ha sido generalizadamente tomada como "demasiado escandalosa".

Lo malo es que este tipo de concesiones desprestigian los premios que han recibido verdaderos luchadores por la paz y la concordia, como Andrei Sajarov, la Madre Teresa de Calcula o Lech Walesa.

Todavía estoy esperando que concedan el premio a dos personas que consiguieron que un país lograse pasar a la democracia después de cuarenta años de dictadura. Dos personas que demostraron que a una dictadura de derechas no tiene por que suceder una de izquierdas; que se puede salir de una dictadura sin un baño de sangre ni disturbios populares, "de la ley a la ley"... Todavía estoy esperando que concedan el Premio Nobel de la Paz a Adolfo Suárez y al rey don Juan Carlos I de España. Pero claro, es que ellos no son un organismo Oficial...

viernes, 14 de agosto de 2009

¿Qué pasa en la AVT?

Hace unos años, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decidió reducir la asignación presupuestaria destinada a la AVT, en un intento de asfixiarla económicamente e impedir la expansión de la llamada “rebelión cívica”. De forma inteligente, Francisco José Alcaraz creó la figura del “amigo” de la AVT, para todos aquellos que, sin ser miembros de la asociación (sólo admite víctimas del terrorismo como socios) quisiesen cooperar en su financiación.

Me uní a ese grupo casi de inmediato, y sigo en él, colaborando en el sostenimiento de la Asociación, tras la salida de Alcaraz, ya que estoy convencido de que las muchas víctimas que forman parte de él no merecen el trato vejatorio que reciben del Gobierno. Pero algo ha cambiado desde entonces.

Tras la salida de Alcaraz de la presidencia de la AVT he dejado de recibir las comunicaciones y notas de prensa que eran enviadas cada vez que se producía un hecho relevante relacionado con el terrorismo. Sin embargo, Voces Contra el Terrorismo, el grupo creado por Alcaraz para seguir luchando contra ETA, seguía al pie del cañón, manteniendo viva la llama de la lucha contra el terrorismo. La AVT ha caído en un mutismo incomprensible, que ha ido acompañado del cese de las hostilidades por parte del PSOE y el Gobierno. Pero lo que más me ha llamado la atención es no haber recibido ninguna nota tras los atentados de Burgos y Mallorca. ¿Qué está pasando en la AVT?

Leí hace tiempo en una novela (que pretendía ser de ficción) que, desde la muerte de Franco, los partidos la llamada “Extrema Derecha” están completamente infiltrados por los servicios de inteligencia, forzando luchas internas de poder y escisiones cada vez que aumentan su intención de voto, por lo que su influencia política es nula. En otras palabras: es imposible que en España surja otro Le Pen.

Si creyese que esta teoría es cierta, debería suponer que se está aplicando también a cualquier partido que se oponga al cambio de régimen que se está produciendo en España, como Ciudadanos y UPyD, prácticamente desactivados después de la últimas elecciones Generales, mientras que se favorece la aparición y asentamiento de partidos antisistema (BNG y ERC) imprescindibles a la hora del sostenimiento del gobierno, o los partidos del entorno etarra, necesarios para las interminables negociaciones con los terroristas.

¿Sucede lo mismo en la AVT? Hace unos meses García Casquero protagonizó un intento de rebelión contra Alcaraz que murió por falta de apoyos. Éste, al finalizar su mandato, lejos de intentar aferrarse al puesto, no se presentó a la reelección; abandonó, casi arruinado, dejando una AVT viva, fuerte, con voz y con multitud de apoyos en la sociedad. Ésa ha sido la AVT que se ha encontrado Casquero. La AVT que hoy calla cuando ETA mata a dos guardias civiles y siembra de bombas Malorca.

¿Qué está pasando en la AVT? Dígame, señor Bono, qué papel está cumpliendo el CESID en esta transformación.

Seguiré esperando una respuesta. Mientras tanto, sólo puedo decir MEMORIA, DIGNIDAD, JUSTICIA

viernes, 7 de agosto de 2009

Violaciones, pederastia e ingeniería social

Comienza a ser una noticia recurrente desde hace unos meses: grupos de adolescentes que utilizan su tiempo libre en el divertido juego de violar (y a veces asesinar) a chicas, niñas a veces, como verdaderas jaurías humanas en busca de carne.


Estas noticias, que deberían ser ya de por sí suficientemente preocupantes, adquieren un grado mayor de crueldad al conocerse las penas que, en aplicación de la ley del menor, reciben los violadores o asesinos, máxime si éstos son menores de 14 años, en cuyo caso quedan exentos de responsabilidad penal, y el crimen, por lo tanto, impune.


Se levanta entonces desde todos los rincones de España un clamor para derogar (o al menos modificar) esta infame ley del menor que deja sin castigo a verdaderos criminales por el simple hecho de ser menores de 18 años. Y desde el estamento político se pide paciencia, para no tomar en caliente decisiones apresuradas, para esperar a que se calmen los ánimos y dejar morir la indignación, hasta la siguiente víctima, hasta la siguiente familia destrozada, hasta la siguiente muerte, propiciada por una ley que protege más al agresor que al agredido.


Es ya noticia recurrente desde hace años: un hombre de cualquier edad, condición, nacionalidad o cultura, mata o intenta matar a su pareja o expareja, para después suicidarse, o intentar suicidarse, o entregarse a la policía, o nada de eso.


Y se levanta entonces desde el estamento político un clamor para detener esta sangría de vidas, este genocidio de género, esta consecuencia de siglos de dominación machista. Y se tramitan leyes por el procedimiento de urgencia, sean o no constitucionales; y se elimina de la ecuación la presunción de inocencia, y se trata al hombre como un agresor en potencia que hay que aislar antes de que cometa su crimen, porque es seguro que tarde o temprano lo cometerá.


¿Por qué en este caso no hay que dar tiempo a que se enfríen los ánimos? ¿Por qué no hay que esperar a pensar las cosas con serenidad? Para mí, la respuesta es evidente: en este caso, el crimen se ha producido dentro de la familia. Esa estructura retrógrada, patriarcal y machista que lleva siglos sojuzgando a la mujer y convirtiéndola en un mero apéndice del hombre, sometida a su control y a sus deseos.


El tratamiento informativo que se da a la “violencia de género” me recuerda en gran medida al que se someten los casos de pederastia dentro de la Iglesia Católica. Cada vez que se conoce un caso, la prioridad informativa es recalcar que ha sido un sacerdote católico; tras esto, relacionarlo con todos los casos previos (confirmados o no), para llegar a la conclusión de que la pederastia es consustancial con la Iglesia Católica, debido al celibato y a su “obsesión” con todo lo que tenga relación con el sexo.


Pero todas las semanas conocemos casos de desarticulaciones de grupos de pederastas que nada tienen que ver con la Iglesia Católica. ¿Por qué en ese caso no se hace hincapié en su oficio? ¿Qué pasaría si la gente descubriese que muchos de los pederastas más implacables son profesores de gimnasia o maestros de guardería? ¿Cómo responderían los respectivos gremios ante la sugerencia de que son estas profesiones las que generan la pederastia? ¿Podría la sociedad permitirse el lujo de que cundiese el pánico y la gente dejase de llevar a sus hijos al colegio? Evidentemente, no. Pero, ¿podría la sociedad permitirse el lujo de que cundiese el pánico y la gente dejase de llevar a sus hijos a colegios católicos? Evidentemente, sí; y para algunos, sería incluso deseable. Por ello se pone el acento en el carácter católico de los pedófilos, de la misma forma que se pone el acento en el carácter heterosexual, tradicional de las relaciones donde se dan casos de violencia doméstica, mientras se justifican, se encubren o incluso se perdonan crímenes que tienen su base precisamente en la falta de valores tradicionales inculcada desde arriba a toda una generación de chavales. Chavales que, inmersos por otra parte en una brutal cultura del sexo, no dudan en dar rienda suelta a sus más bajos instintos, amparados por el “hay que probarlo todo” nacido de la generación hippie que nos gobierna desde hace años.


En resumen, nos encontramos viviendo en una época en la que se criminaliza todo aquello que tenga que ver con la forma tradicional de entender la vida y la relación entre las personas (ejemplificada aquí en la Iglesia Católica y en la familia biparental, heterosexual tradicional) mientras que se esconden las gravísimas consecuencias que tiene sustituir estos valores por la vacuidad más absoluta, con la esperanza de que, una vez que nos encontremos lo suficientemente animalizados, no tengamos ningún problema en seguir al Gran Líder allá donde nos dirija.


¿Qué estoy un poco paranoico? Puede ser, pero es que uno ya va teniendo unos años y ha visto bastantes cosas…

martes, 26 de mayo de 2009

Otros fines sociales

Ha comenzado, como cada año, la campaña de la declaración de la renta. También como cada año, ha comenzado de manera paralela la campaña de la Iglesia Católica para pedir que todos nosotros marquemos la X que ayude a su financiación.

Lejos de mi intención entrar a dirimir aquí si la Iglesia debe financiarse por este u otros métodos; nada más ajeno a mí en estos momentos que entrar a valorar si la Iglesia merece o no que dediquemos el 0,5% de nuestros impuestos a su financiación. Esta donación es voluntaria, y por lo tanto, si nadie marca la casilla, la Iglesia no recibe un duro. Eso debe quedar claro. Con esta premisa, yo, personalmente, entiendo la necesidad de una campaña publicitaria para recordar a los contribuyentes que, sin su ayuda, la Iglesia se queda sin nada. Cada cual es muy libre de decidir qué hace con su dinero.

Lo que ya me ha causado más sorpresa es que, este año, en paralelo, ha comenzado también una campaña del Gobierno (supongo que del Ministerio de Asuntos Sociales) para intentar convencernos de que marquemos la casilla de "otros fines sociales". ¿Son equivalentes ambas campañas? Yo creo que no.

En primer lugar, la campaña de la Iglesia Católica la realiza el propio interesado, es decir, la Iglesia, con el dinero de la Iglesia. Por el contrario, es el Gobierno, con el dinero de nuestros impuestos, el que está intentando convencernos de que tomemos partido por una opción determinada. Una actuación más ética (utilizada otros años) sería que en el anuncio se nos informase de que tenemos la posibilidad de elegir una opción, la otra, las dos, o ninguna, y que en ningún caso eso repercutiría en el importe final de la declaración.

En segundo lugar, llama la atención comprobar quiénes son los destinatarios de estos fondos: las pomposamente llamadas "Organizaciones No Gubernamentales (ONGs). En España (me temo que también en buena parte del mundo), vemos que estas organizaciones que tan poco tienen de gubernamentales sobreviven básicamente gracias a las ayudas y subvenciones de los gobiernos. En este caso, además, es el propio Gobierno de España el que actúa de portavoz y agencia de publicidad de estas ONGs, tomando partido abiertamente por ellas y en contra de otras opciones, lo que lleva a plantear (si es que alguien no lo había hecho ya) cuál es la verdadera independencia de estas organizaciones con respecto a los gobiernos.

Y en tercer lugar, aun asumiendo (cosa que yo no hago) que todos estos colectivos realicen la misma función social que la Iglesia, que tengan el mismo número de seguidores y la misma relevancia social, que todos sean igual de honestos y que el dinero en sus manos esté igual de bien empleado, todavía hay otro aspecto que convierte en aberrante esta campaña publicitaria. A diferencia de lo que pasa con la asignación a la Iglesia Católica, si nadie en España se decidiese a marcar "la otra casilla"; si todos estuviesen en contra de dedicar un sólo euro a estas Organizaciones Sí Gubernamentales; aun así, la ley asigna una cantidad que, como mínimo, se destinará a estos fines.

En resumen: el Gobierno gasta dinero de nuestros impuestos en una campaña publicitaria para que entreguemos más dinero de nuestros impuestos a estas organizaciones. Pero si no lo hacemos, da igual, porque lo recibirán de todas formas.

Creo que nunca se han publicado las cifras, pero me temo que las asignaciones a "otros fines sociales" no llegan ni de lejos a las destinadas a la Iglesia Católica. Y el Gobierno ya no sabe cómo hacer para invertir la tendencia. La pregunta es: ¿es ése su trabajo?

Yo, por mi parte, que nunca he marcado la casilla de la Iglesia Católica, este año lo haré. La publicidad del Ministerio de ONGs tiene estos efectos.

viernes, 6 de marzo de 2009

La pérdida de la libertad

Escribía el otro día un post en el que apuntaba una situación aparentemente contradictoria: y es que, cuanto más se preocupa un Gobierno por nuestras libertades, cuanto más dice estar protegiéndolas, más vemos reducirse nuestra Libertad, la única. Y paradójicamente, esta pérdidad de la Libertad con mayúsculas se va produciendo por pequeñas cesiones de libertades individuales, en aras de una mayor protección, una mayor seguridad o una mayor comodidad.

¿Como se puede decir que, según vamos asentando nuestra democracia, vamos perdiendo libertades? La verdad es que la respuesta (por lo menos la que a mí se me alcanza) es muy polémica, porque implica enfrentarse de cara a situaciones que hemos aceptado, no sólo como habituales, sino como deseables.


Pongamos el ejemplo de los controles de alcoholemia realizados por la Guardia Civil de Tráfico. En principio, si realizásemos una encuesta por la calle, seguramente una amplísima mayoría estaría de acuerdo en que hay que evitar que la gente ebria coja el coche. Seguramente habrá diferencias de criterio a la hora de decidir cómo determinamos si una persona está ebria; podremos estar más o menos de acuerdo en si los límites de alcohol en sangre establecidos por la ley son demasiado restrictivos o demasiado laxos; pero seguro que la casi totalidad de los encuestados estaría de acuerdo en que la única forma de sacar de la carretera a los conductores bebidos es establecer controles de alcoholemia en la carretera.

Ahora cambiemos el escenario. Es evidente que la inmensa mayoría de la gente está de acuerdo en que hay que sacar a los narcotraficantes de la circulación. Producen un gran perjuicio a la población y se saltan todas las leyes del mundo. ¿Cómo hace la policía para detener a un narcortraficante? ¿Va registrando las casas exigiendo que abramos los armarios para ver si se guarda droga? No. Eso ya lo intentó Corcuera, y le costó el cargo. Para poder inspeccionar la casa de un narcotraficante hace falta, primero, una sospecha fundada de que es realmente un delincuente; después, aportar pruebas que dejen poco lugar a la duda, y finalmente, un juez que autorice el registro. En el caso de los controles de alcoholemia, el simple hecho de conducir un coche es motivo suficiente para ser considerado sospechoso de estar bebido, por lo que la Guardia Civil está habilitada para exigirnos unas pruebas que, sin nuestra colaboración personal, estaría incapacitada para obtener, violando, así, nuestro derecho a no declarar contra nosotros mismos. Volviendo al ejemplo anterior, ¿se imaginan que el simple hecho de que un narcotraficante se negase a abrir las puertas de su casa a la policía fuese motivo de condena? Para un narcotraficante, existe la presuncion de inocencia; para un conductor, no.

Pasa algo parecido con los controles de velocidad. Podemos estar de acuerdo en que la propia situación de los radares y la forma de obtener la "foto" implica un objetivo puramente recaudatorio. Pero aunque no fuese así, aunque todos los gobiernos estuviesen sinceramente preocupados por la seguridad de los conductores, la forma de imponer la sanción no es, desde luego, la más democrática.

Cuando un radar fijo "caza" a un coche con exceso de velocidad, en vez de detener inmediatamente el coche por el peligro que supone para el resto de los conductores e imponerle la sanción, se le deja seguir circulando y se envía la sanción por correo... al dueño del coche. ¿Qué prueba hay de que fuese el dueño el que iba conduciendo? Ninguna. Simplemente, el dueño del coche es responsable de su exceso de velocidad. Ahora bien: si éste no iba conduciendo está obligado a identificar al conductor, so pena de ser sancionado. Es decir, estamos obligados a denunciar a otro ciudadano, pero sin que exista denuncia formal; es decir, para el caso de las multas de tráfico, está aceptada la denuncia anónima, cuando está absolutamente prohibida por la Constitución.

Todos estamos de acuerdo en que es necesario reducir los accidentes de tráfico, pero eso no es excusa para establecer una "burbuja sin ley" en las decisiones de la Guardia Civil de Tráfico. Porque todos estamos de acuerdo en que deben acabarse los robos con violencia en las casas y los comercios, debe acabarse el terrorismo etarra, debe desaparecer el narcotráfico... y a nadie se le ocurre dar carta blanca a la policía para que se salte a la torera las libertades ciudadanas.

Carta abierta a Bibiana Aído

Estimada Señora Ministra:

Sinceramente, ya comenzaba a pensar que, de acuerdo con los tiempos que corren, era el suyo un ministerio virtual, y usted una ministra cibernética, que sólo existían en la red con el objeto de igualar (de ahí el nombre del ministerio) el número de ministros varones y hembras en el Gobierno. Tal era la ausencia de propuestas, leyes, sugerencias y decretos que de su vacío (y caro) ministerio surgían.

Veo, sin embargo, este viernes, que de las entrañas de su ministerio nacerá (parece que este verano) una proposición de ley que, si no es abortada en los plazos previstos por riesgo manifiesto para la salud de España, se convertirá en una ley que permitirá (sin entrar en demasiadas consideraciones) el aborto libre y sufragado por la Seguridad Social.

Vaya por delante, Señora Ministra, que, aunque pueda parecer lo contrario, no estoy en contra del aborto. De lo que estoy en contra es de la utilización del aborto como método anticonceptivo; como coartada para el abandono de cualquier tipo de responsabilidad en la conducta sexual; como salida rápida (nunca sencilla, eso debe quedar claro) ante una situación inesperada que permite una amplísima variedad de decisiones antes de recurrir a la cirugía.

Esta consideración ya debería haber bastado para haber originado un debate abierto entre todas las fuerzas parlamentarias, primero, y del resto de la sociedad, en último término, sin recurrir a oscuros "comités de expertos" reunidos para consensuar unas conclusiones ya dictadas de antemano por quien les reunió y les pagó.

Pero si este tema ya era de por sí lo suficientemente grave, su social y progresista gobierno debía, además, diferenciarse del resto del mundo. Como dijo hace meses su superiora, la Vicepresidenta, la ley debía ser "vanguardista"; debíamos ir por delate del resto de los países civilizados aunque sólo fuese en esta cuestión. Así que decidieron "otorgar" el "derecho" a abortar a las menores de edad; y no contentos con esta barbaridad, decidieron permitir que no fuese necesario el permiso paterno.

Las razones que argumentó este viernes para apoyar esta decisión son muestra, Señora Ministra, o bien de su nula capacidad intelectual, o de su absoluta falta de escrúpulos a la hora de intentar manipular y engañar a la sociedad española. Con todo su descaro, adujo que una niña de 16 años puede casarse y tener hijos, lo que, a su juicio, la debería capacitar para poder abortar sin permiso de sus padres.

Lo que se olvidó muy convenientemente de decir es que para casarse, una menor de edad debe contar con el permiso expreso de los padres, así como con una resolución judicial que ratifique esta autorización. Nada de esto, Señora Ministra, será necesario para abortar.

Olvidó también mencionar que, en caso de hijos nacidos de una menor, éstos pasan a ser tutelados por los abuelos, hasta que la madre alcance la mayoría de edad, sin contar, por supuesto, con que el médico que atiende el parto está obligado a informar a los padres de la menor de que ésta ha dado a luz. Nada de esto, Señora Ministra, será necesario para abortar.

Porque, si nos ponemos a pensarlo (le recomiendo que lo haga, Señora Ministra) cualquier tipo de intervención quirúrgica sobre un menor, desde una apendicitis hasta un transplante de corazón, necesita el consentimiento y la autorización expresa de los padres. ¿Cuál será su justificación? ¿Que el aborto no es una intervención quirúrgica? Hay mujeres, Señora Ministra, que mueren en el quirófano mientras se someten a un aborto, legal o no. ¿Quién será en este caso responsable de la posible muerte? ¿La menor?

Existen cientos de cosas, Señora Ministra, que un menor de 16 y 17 años no puede hacer sin el consentimiento de sus padres; cosas mucho más inofensivas, como abrir una cuenta corriente, dar de alta una línea de teléfono, matricularse en un instituto, viajar al extranjero, casarse, firmar un contrato, operarse la nariz... La lista sería interminable. Otras muchas cosas, además, les están directamente prohibidas, como conducir un coche, votar en unas elecciones, afiliarse a un partido político, matricularse en la Universidad, practicar submarinismo, donar sangre, presidir el Gobierno de España...

Abortar, por lo que parece, no estará entre ellas. Abortar será una decisión lo suficientemente trivial y anodina como para que un menor de edad, que según la ley no tiene juicio para casi nada pueda tomarla sin consultar a nadie y sin informar a nadie, de la misma forma que usted intentará sacar adelante esta ley: sin pedir permiso a nadie, y consultando únicamente a su amigo del alma, el adolescente, que en estas cuestiones, por lo que se ve, tiene el mismo juicio que usted.

Para esto, Señora Ministra, no era necesario que su Ministerio saliese de la virtualidad.

miércoles, 25 de febrero de 2009

R10

Ahora, a una distancia de casi cuatro años, es el momento de juzgar los argumentos esgrimidos cuando, tras la renuncia de Aznar, el PP se debatía entre la continuidad y el acercamiento a posiciones más socialdemócratas. Un debate que llevó a polarizar al partido entre los partidarios de la línea seguida por Aguirre, Oreja, San Gil, Acebes, Zaplana... y los partidarios de Gallardón, Feijoo, Arriola...

A una distancia de casi cuatro años, sin embargo, se hace evidente (a mí por lo menos me lo parece) que el debate estaba viciado desde el comienzo; y estaba viciado desde el momento en que uno de los adalides de una de las corrientes era el candidato preferido por el partido rival. Hablo, cómo no, de Gallardón.

Estaba viciado, además, por la eterna costumbre de la derecha española de carecer de medios afines que actúen como formadores de opinión. Así, medios tradicionalmente progresistas consiguieron convencer a la cúpula del PP de que sus votantes tenían unas ideas que, en realidad, no tenían. Esas ideas podían resumirse en una sóla: El PP debía completar su viaje al centro si quería volver a gobernar.

En la calle, el debate existía. El argumento, siempre el mismo, definía a los colaboradores de Aznar como un lastre del que debía liberarse el partido para dar paso a nuevas caras, más acordes con los nuevos tiempos. Esas nuevas caras eran indefectiblemente, la de Gallardón y sólo la de Gallardón.

Recuerdo que en mis muchas conversaciones sobre este tema, utilizaba habitualmente dos argumentos centrales; el primero era que el PSOE nunca apoyaría a un candidato del PP que pudiera dejarles a ellos en la calle, y por lo tanto, su apoyo a Gallardón tenía que entenderse siempre como una apuesta a caballo perdedor; el segundo era que no podía darse como hecho demostrado que viajar a la izquierda para recoger votos desencantados con el PSOE asegurase mantener los votos de los votantes de derechas.

Modestamente, creo, a una distancia de cuatro años, que el tiempo me ha dado la razón. A mí, y, desde luego, a tantos otros que han mantenido todo este tiempo esta misma opinión. Los máximos defensores de la teoría del viaje al centro no eran, en su mayoría, votantes del PP, y mucho me temo que seguirán sin serlo. Sin embargo, un abandono gradual, pero evidente, de los valores que dieron al PP la mayoría absoluta en el año 2000 no sólo no ha hecho que aumente su intención de voto, sino que ésta sigue descendiendo.

¿Y dónde se ha ido toda esa intención de voto? Mucha, desde luego, a la abstención, pero no es poca la que ha pasado a engrosar las filas de los votantes de Rosa Díez. Lo que, desde luego, no deja de ser curioso. UPyD se creó con la intención de aglutinar el voto de los seguidores socialistas desencantados con la deriva separatista y balcanizante que estaba tomando la política del PSOE. Sin embargo, a los que ha atraído ha sido a los votantes del PP que están hartos de ver cómo su partido ha dejado de denunciar esos mismos atropellos. En otras palabras, como muchos ya previmos hace años, un votante del PSOE preferirá quedarse en casa antes que dar su voto a un partido de derechas. Sin embargo, muchos votantes del PP preferirán votar a un partido socialista tapándose la nariz si esto sirve para asegurar unos valores generales, compartidos por casi todos, que están por encima de las diferencias ideológicas secundarias.

La crisis económica y los continuos escándalos políticos han creado un enorme hastío político entre la población, que llevará seguro a un gran aumento de la abstención. Y por primera vez, el PP no sólo no será el gran beneficiado de esta abstención, sino que será el gran perjudicado. Quien se beneficiará de esta sangría de votos es UPyD, precisamente el partido, junto a IU, que peor relación escaño/voto tiene. Éste ha sido el resultado del viaje al centro del PP, ese viaje preparado y pagado por José Blanco con la inestimable colaboración de Gallardón, a quien un día le convencieron de que si lograba imponer sus visiones socialdemócratas en el Partido Popular se convertiría casi en presidente vitalicio del Gobierno. A cuatro años de distancia, contemplo con horror que no me equivoqué en casi nada.

viernes, 16 de enero de 2009

Un apunte breve

¿Alguien sabe dónde está Jesús Caldera? Sí, hombre, ese chaval alto con gafas, que fue ministro de no sé qué, que luego se peleó con Zapatero y ahora anda perdido por ahí. Ese que fue en su día diputado por Salamanca, y que juró que los papeles del archivo saldrían por encima de su cadáver. Ese que manipulaba con Tippex los informes oficiales para que dijesen exactamente lo que el Gobierno quería que dijesen...

Parafraseando la vieja canción: ¿Qué le estará pasando al probe Jesús, que jace mucho tiempo que no sale? (Aviso a la SGAE: no, no he pagado derechos de autor por utilizar este verso).


Pues resulta que en el PSOE se han sacado de la manga una fundación (Fundación Ideas, se llama), del estilo de la Fundación FAES del PP, pero en progresista, y han puesto al tal Caldera al frente, para difundir por todo el mundo y parte del extranjero las ideas más profundas del catecismo socialista. Y hete aquí que nos encontramos esta semana pasada al individuo, con su fundación a cuestas, en Santiago de Chile (donde, por cierto, coincidió con María San Gil y FAES) dando una conferencia sobre... cambio climático. Claro, no podía ser de otra forma. La fundación del PSOE sólo puede dar conferencias sobre cambio climático y sobre alianza de civilizaciones. Que será una fundación, pero las ideas, por lo que parece, se han quedado en el nombre.


Y cualquiera con un poco de inquietud y de ganas de saber se preguntará: ¿Y por qué se ha ido tan lejos este pollo para dar una conferencia sobre cambio climático? Y yo, que he escrito este post con el único objeto de contestar esta pregunta, respondo que las razones son dos. La primera es que debía buscar un país donde se hablase español, y eso restringe el destino básicamente a Hispanoamérica. La segunda, y quizás más importante, es que ahora, en Chile están en pleno verano, y deben de estar sudando la gota gorda.


Si hubiese dado una conferencia sobre calentamiento global el viernes pasado en Madrid, le habrían corrido a gorrazos.


Hay algunos que, definitivamente, no tienen remedio.


NOTA: Me parece superfluo aclararlo, pero hay gente muy mal pensada: María San Gil NO estaba participando en la conferencia sobre cambio climático. Faltaría más.

lunes, 12 de enero de 2009

Respuesta desproporcionada

A nadie se le debe escapar que la forma de hacer la guerra ha cambiado, quizá definitivamente. La manera tradicional, en que dos ejércitos se enfrentaban en un campo de batalla elegido previamente, lejos de la población civil, ha dado paso a una especie de carnicería en la que no hay diferencia alguna entre civiles y combatientes, y en la que, consecuentemente, la propia batalla se libra en medio de la población civil.

El concepto moderno de guerra fue magistralmente interpretado por las guerrillas comunistas de Vietnam del Norte, primer caso en la historia en la que no había diferencia alguna entre la población campesina y el Vietcong. El ejército americano, mucho mejor pertrechado y entrenado, cayó en la trampa, víctima del legalismo de la Convención de Ginebra, incapaz de decidir si la población de la aldea que acababa de ocupar
eran campesinos aterrorizados por la dictadura comunista o guerrilleros dispuestos a inmolarse haciendo explotar una granada oculta.

El ejemplo de la guerrilla norvietnamita cundió rápidamente entre los grupos guerrilleros/terroristas, sobre todo, cuando, tras la caída de la URSS, se vieron sin el apoyo económico y militar del que habían disfrutado hasta los años 80. Evidentemente, las "milicias" palestinas no iban a ser ajenas a esta transformación, sobre todo después de la larga experiencia que acumulaban como grupos terroristas, en la que el daño a la población civil no era un efecto colateral de su lucha, sino el objetivo último de ésta.

Al Fatah, primero, y Hamas, después, han elegido no enfrentarse directamente con el ejército israelí: saben que no tienen fuerza suficiente, no ya para vencerlo, sino simplemente para soportar sus embestidas. Es por eso que han elegido el terrorismo como forma de enfrentarse a él; han desencadenado una lucha de civiles contra civiles con el ánimo de provocar al ejército y desencadenar una carnicería. Arman a sus mujeres con cinturones de explosivos y las mandan a los mercados de Jerusalén, donde matan a israelíes y palestinos, a militares y a civiles, a clérigos y laicos... Luego Israel cierra sus fronteras para evitar la entrada indiscriminada de suicidas y es vituperado por medio mundo por bloquear a los territorios palestinos. Lanzan cohetes desde las escuelas y hospitales de la franja de Gaza contra campamentos de civiles, esos mismos civiles que, voluntariamente abandonaron Gaza para entregársela a un grupo terrorista que ahora utiliza a las mujeres y los niños como escudos humanos... Luego Israel ataca los emplazamientos de lanzamiento de misiles y es insultado por el mundo entero por atacar objetivos civiles.

Todo aquel que arguye que los métodos de Israel son desproporcionados debería explicar por qué entiende la guerra como un acto de pura venganza. Debería explicar si, a su entender, Israel tendría que limitarse a lanzar cohetes sobre la población civil palestina, ya que eso es exactamente lo que hacen los terroristas de Hamas. Debería explicar si, según su preclara inteligencia, Israel debe renunciar a defender a su población porque así ocasiona víctimas entre la población palestina. Debería explicar, en fin, dónde se encuentra el límite de la proporcionalidad, para así saber hasta dónde debe aguantar un estado el asaeteamiento indiscriminado de su población civil antes de intentar detener los ataques.

En Israel viven alrededor de un millón y medio de palestinos, sobre una población total de algo más de siete millones de personas. Estos palestinos disfrutan de derecho a voto, educación, sanidad, vivienda, trabajo... y seguridad, siempre que no se crucen con un "compatriota" dispuesto a liberarlos de su esclavitud. Cuando, hace unos años, Israel se retiró de los territorios de Gaza y Cisjordania, dejaba unos pocos miles de colonos, en asentamientos dentro del nuevo territorio palestino. Los acuerdos de paz impusieron la expulsión inmediata de estos colonos al territorio israelí, obligándoles a abandonar sus hogares porque la Autoridad Palestina no estaba dispuesta a tolerar a judíos viviendo entre ellos. Bonita reciprocidad. Pues bien: estos colonos que se vieron obligados a abandonarlo todo, son los que ahora deben soportar estoicamente la lluvia de misiles sobre sus nuevos hogares prefabricados, sin ser, de ninguna manera, un objetivo militar, ya que, todavía, el ejército israelí entiende la guerra a la vieja usanza y no utiliza a su población civil ni como combatientes ni como escudos.

Cuando, durante el desembarco de Normandía, los defensores alemanes ametrallaban desde sus búnkers a las tropas aliadas, éstos replicaban con fuego de artillería, lanzallamas y bombas de mano. Alguna vez, estos progres de pacotilla nos tendrían que explicar si fue también una respuesta desproporcionada.