Siempre he sido de la opinión de que a la derecha no le basta con hacer las cosas bien para no ser criticada. Necesita algo más, al carecer de la "legitimidad política" que sí posee la izquierda. Ésta puede aferrarse al poder sin solucionar ni uno sólo de los problemas de los ciudadanos, y será la derecha la que tenga que dar razones a los votantes para que la izquierda no siga gobernando. La derecha, sin embargo, puede llevar a un territorio a cotas de progreso y prosperidad como nunca habían conocido, y aun así, tendrá que seguir justificándose y elaborando campañas de información para tratar de convencer a los ciudadanos de que es conveniente que sigan en el poder.
La derecha, por tanto, necesita de una ingente cantidad de propaganda y publicidad para, primero, llegar al poder, y luego, mantenerlo. El problema es que la derecha nunca ha dominado el arte de la comunicación. Y por eso gobierna en tan pocos sitios, y durante tan poco tiempo; el tiempo justo de solucionar los principales problemas de una zona para que, de inmediato, la izquierda regrese a dilapidar sus logros.
El Partido Popular, en España, no ha sido ninguna excepción. De otra forma no se explica cómo pudo mantenerse en el poder durante catorce años el que ha sido, probablemente y en todos los sentidos, uno de los partidos políticos más corruptos de Europa. Pero en los últimos tiempos habían aparecido signos que permitían pensar en un cambio en la tendencia.
Tras la llegada de Esperanza Aguirre al gobierno de la Comunidad de Madrid, parecía que el desplome de la derecha en la región era un hecho. Una político que llegaba con el aura de, como mínimo, simple (¿Qué tal, majete?), tras una etapa oscura en el Ministerio de Educación, y con un escándalo de supuesta corrupción en la elección de la presidencia del Parlamento de la Comunidad (el famoso Tamayazo), hacía pensar que el Partido Socialista tenía el camino allanado para sacar los colores por muchos años al partido conservador.
Sin embargo, con una estrategia comunicadora sin precedentes en toda la historia reciente de España, haciendo uso de todos los medios de comunicación (tanto públicos como privados), y recurriendo al debate cara a cara con la oposición (el método, sin dudas, más efectivo y que fue dado de lado sistemáticamente por todos los políticos de la derecha española de los últimos años) el gobierno de la Comunidad de Madrid, no sólo ha conseguido desmontar todos los argumentos de la oposición socialista, sino que ha mostrado sus vergüenzas a toda la ciudadanía que, por una vez, ha empezado a pedir al socialismo una alternativa creíble para merecer el voto. En ese sentido, mi más sincera enhorabuena a la señora Aguirre.
No sólo estoy de acuerdo, sino que apoyo completamente, el uso de los medios de comunicación públicos para informar de los logros del gobierno; de cualquier gobierno: tenemos derecho a saber en qué se gastan nuestros muchos impuestos. No sólo estoy de acuerdo, sino que apoyo completamente, la inserción de mensajes publicitarios en medios de comunicación privados: hay gente que no tiene acceso o simplemente no quiere hacer uso de los públicos. Pero claro, todo tiene un límite.
Ayer llegó a mis manos el resultado de la campaña de información sobre el plan Prisma de Infraestructuras 2006-2007. Aunque esta campaña es, como digo, absolutamente necesaria, este año me ha parecido desproporcionada. Ya no se trata de folletos, ni siquiera de trípticos. Ya no son cuadernillos, ni aun verdaderos libros, como aquellos con los que nos obsequia nuestro querido ayuntamiento. Este año, la Comunidad de Madrid se ha dedicado a buzonear un DVD donde se cantan las excelencias de las inversiones madrileñas, en una serie de mediocres documentales a cargo, al parecer, de la misma productora que llevó a cabo la genial serie "Madrid desde el aire".
¿Piensa la señora presidenta de la Comunidad de Madrid que el grueso de la población madrileña se va a tomar la molestia de perder la media hora que dura el DVD en ver publicidad? ¿Piensa el gobierno de la Comunidad de Madrid que es la mejor forma de llegar a los ciudadanos? ¿Piensa el Partido Popular que el beneficio de la campaña compensa su coste?
Y, si no puedo estar en absoluto conforme con la necesidad de ese gasto, menos apropiada me parece la oportunidad de su realización. Con unas elecciones autonómicas a dos meses vista, seguro que habrá muchos madrileños que consideren este DVD como propaganda electoral (yo, al menos, así lo considero), y, señora presidenta, hacer propaganda electoral con fondos públicos no sólo es ilegal, sino profundamente inmoral (lo que a mi juicio es mucho peor).
Corrija, señora presidenta, la forma de tratar las campañas publicitarias de su gobierno, porque, a pesar de que hay personas que, como yo, son extremadamente indulgentes con usted, otros muchos están a la espera de este tipo de deslices para echar por tierra todos los logros de su gobierno. Incluidos los de comunicación.
La derecha, por tanto, necesita de una ingente cantidad de propaganda y publicidad para, primero, llegar al poder, y luego, mantenerlo. El problema es que la derecha nunca ha dominado el arte de la comunicación. Y por eso gobierna en tan pocos sitios, y durante tan poco tiempo; el tiempo justo de solucionar los principales problemas de una zona para que, de inmediato, la izquierda regrese a dilapidar sus logros.
El Partido Popular, en España, no ha sido ninguna excepción. De otra forma no se explica cómo pudo mantenerse en el poder durante catorce años el que ha sido, probablemente y en todos los sentidos, uno de los partidos políticos más corruptos de Europa. Pero en los últimos tiempos habían aparecido signos que permitían pensar en un cambio en la tendencia.
Tras la llegada de Esperanza Aguirre al gobierno de la Comunidad de Madrid, parecía que el desplome de la derecha en la región era un hecho. Una político que llegaba con el aura de, como mínimo, simple (¿Qué tal, majete?), tras una etapa oscura en el Ministerio de Educación, y con un escándalo de supuesta corrupción en la elección de la presidencia del Parlamento de la Comunidad (el famoso Tamayazo), hacía pensar que el Partido Socialista tenía el camino allanado para sacar los colores por muchos años al partido conservador.
Sin embargo, con una estrategia comunicadora sin precedentes en toda la historia reciente de España, haciendo uso de todos los medios de comunicación (tanto públicos como privados), y recurriendo al debate cara a cara con la oposición (el método, sin dudas, más efectivo y que fue dado de lado sistemáticamente por todos los políticos de la derecha española de los últimos años) el gobierno de la Comunidad de Madrid, no sólo ha conseguido desmontar todos los argumentos de la oposición socialista, sino que ha mostrado sus vergüenzas a toda la ciudadanía que, por una vez, ha empezado a pedir al socialismo una alternativa creíble para merecer el voto. En ese sentido, mi más sincera enhorabuena a la señora Aguirre.
No sólo estoy de acuerdo, sino que apoyo completamente, el uso de los medios de comunicación públicos para informar de los logros del gobierno; de cualquier gobierno: tenemos derecho a saber en qué se gastan nuestros muchos impuestos. No sólo estoy de acuerdo, sino que apoyo completamente, la inserción de mensajes publicitarios en medios de comunicación privados: hay gente que no tiene acceso o simplemente no quiere hacer uso de los públicos. Pero claro, todo tiene un límite.
Ayer llegó a mis manos el resultado de la campaña de información sobre el plan Prisma de Infraestructuras 2006-2007. Aunque esta campaña es, como digo, absolutamente necesaria, este año me ha parecido desproporcionada. Ya no se trata de folletos, ni siquiera de trípticos. Ya no son cuadernillos, ni aun verdaderos libros, como aquellos con los que nos obsequia nuestro querido ayuntamiento. Este año, la Comunidad de Madrid se ha dedicado a buzonear un DVD donde se cantan las excelencias de las inversiones madrileñas, en una serie de mediocres documentales a cargo, al parecer, de la misma productora que llevó a cabo la genial serie "Madrid desde el aire".
¿Piensa la señora presidenta de la Comunidad de Madrid que el grueso de la población madrileña se va a tomar la molestia de perder la media hora que dura el DVD en ver publicidad? ¿Piensa el gobierno de la Comunidad de Madrid que es la mejor forma de llegar a los ciudadanos? ¿Piensa el Partido Popular que el beneficio de la campaña compensa su coste?
Y, si no puedo estar en absoluto conforme con la necesidad de ese gasto, menos apropiada me parece la oportunidad de su realización. Con unas elecciones autonómicas a dos meses vista, seguro que habrá muchos madrileños que consideren este DVD como propaganda electoral (yo, al menos, así lo considero), y, señora presidenta, hacer propaganda electoral con fondos públicos no sólo es ilegal, sino profundamente inmoral (lo que a mi juicio es mucho peor).
Corrija, señora presidenta, la forma de tratar las campañas publicitarias de su gobierno, porque, a pesar de que hay personas que, como yo, son extremadamente indulgentes con usted, otros muchos están a la espera de este tipo de deslices para echar por tierra todos los logros de su gobierno. Incluidos los de comunicación.
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