Bienvenidos todos.
Acaba de nacer un nuevo blog. ¡Qué noticia! Si tuviera que merecer un premio, desde luego que no sería a la originalidad. A mi edad, y después de siete años trabajando en informática, no es originalidad lo que se necesita para comenzar a escribir en un blog, sino muy poca vergüenza y una idea más o menos difusa de que seré capaz de plasmar con regularidad ideas o comentarios que sean útiles a alguien.
Esa, quizás, puede ser una de las razones que me han hecho decidirme a comenzar a escribir. Pero no es la única. Necesitaba también un método para almacenar todas las ideas que, día a día se almacenaban en mi cabeza; ideas que surgían sin previo aviso tras la lectura de una noticia en la prensa, tras una conversación con los amigos, escuchando una frase furtiva que se dice en el tren, de camino al trabajo... Son esas ideas que vas rumiando durante un par de horas, intentando depurarlas, pulirlas, intentando crear un razonamiento aceptable para defenderlas cuando , en la próxima conversación, alguien saque ese tema de conversación. Pero nadie lo saca. Y te sientas delante del ordenador, y te pones a programar de nuevo, en el mismo punto en que lo dejaste ayer, y el razonamiento desaparece, hasta que oyes otra noticia, lees otro artículo, captas otra frase, y una nueva idea te viene a la cabeza, y te creas un nuevo razonamiento...
Ha influido también el hecho de que, aunque ya tiene sus años, me he encontrado con el fenómeno blog anteayer, como quien dice. La lectura de los periódicos digitales, y, más específicamente de los blogs de algunos de sus colaboradores, me han mostrado de forma muy directa, primero qué es un blog; después, cual es la potencia que tiene un blog para expresar ideas y recibir las opiniones de los lectores.
Finalmente, aquello que me ha hecho dar el paso definitivo ha sido Google, que prácticamente me ha puesto mi blog delante de las narices. Gracias, por tanto, por haberme abierto la puerta.
¿Qué os vais a encontrar en estas páginas? De todo. No voy a hacer ascos a ningún tema. Ahora bien, no esperéis las habituales diatribas políticamente correctas. No esperéis que defienda lo que honestamente considero indefendible, y que mantenga tesis que chocan con mis convicciones simplemente porque están de moda o porque a alguien le hagan sentir mejor. El nombre del blog creo que lo dice todo. Porque nadar a contracorriente puede que sea mucho más complicado, pero evitarás que el río te estrelle contra las piedras.
No espero que este rincón sea el centro de nada, ni que se convierta en el foro donde se decidirá el próximo movimiento ciudadano que cambiará el rumbo de la historia. Es un sitio que nace con pequeñas pretensiones: intercambiar ideas, enriquecernos mutuamente, y pasar un rato agradable discutiendo las opiniones de cada uno. Por ello, todas las ideas son bienvenidas. No habrá nada que censurar. Todo podrá ser discutido y ninguna idea es, de por sí, censurable. Si alguien opina que cualquier opinión vertida en este sitio ofende sus sentimientos, ideales o convicciones (o los de otros), le invito con todo el respeto a que abandone el blog. Esa es toda la censura que se aplicará.
Así que, dicho lo dicho, comencemos a andar. No va a ser fácil. De todas formas, estoy convencido de que mejoraré con el tiempo. Espero que os guste y os animo a participar. Bienvenidos.
Paradus
Ha influido también el hecho de que, aunque ya tiene sus años, me he encontrado con el fenómeno blog anteayer, como quien dice. La lectura de los periódicos digitales, y, más específicamente de los blogs de algunos de sus colaboradores, me han mostrado de forma muy directa, primero qué es un blog; después, cual es la potencia que tiene un blog para expresar ideas y recibir las opiniones de los lectores.
Finalmente, aquello que me ha hecho dar el paso definitivo ha sido Google, que prácticamente me ha puesto mi blog delante de las narices. Gracias, por tanto, por haberme abierto la puerta.
¿Qué os vais a encontrar en estas páginas? De todo. No voy a hacer ascos a ningún tema. Ahora bien, no esperéis las habituales diatribas políticamente correctas. No esperéis que defienda lo que honestamente considero indefendible, y que mantenga tesis que chocan con mis convicciones simplemente porque están de moda o porque a alguien le hagan sentir mejor. El nombre del blog creo que lo dice todo. Porque nadar a contracorriente puede que sea mucho más complicado, pero evitarás que el río te estrelle contra las piedras.
No espero que este rincón sea el centro de nada, ni que se convierta en el foro donde se decidirá el próximo movimiento ciudadano que cambiará el rumbo de la historia. Es un sitio que nace con pequeñas pretensiones: intercambiar ideas, enriquecernos mutuamente, y pasar un rato agradable discutiendo las opiniones de cada uno. Por ello, todas las ideas son bienvenidas. No habrá nada que censurar. Todo podrá ser discutido y ninguna idea es, de por sí, censurable. Si alguien opina que cualquier opinión vertida en este sitio ofende sus sentimientos, ideales o convicciones (o los de otros), le invito con todo el respeto a que abandone el blog. Esa es toda la censura que se aplicará.
Así que, dicho lo dicho, comencemos a andar. No va a ser fácil. De todas formas, estoy convencido de que mejoraré con el tiempo. Espero que os guste y os animo a participar. Bienvenidos.
Paradus
1 comentario:
Hola
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