Uno de los tópicos más utilizados por la progresía española es que España es de izquierdas. Así, porque lo digo yo, por el artículo 33. Si alguna vez la derecha ha gobernado ha sido porque ha cultivado el horrible virus de la abstención. Son este tipo de comportamientos antidemócraticos los que, según la izquierda, favorecen a los conservadores.
Según el análisis político de la izquierda, esta abundante mayoría proporciona un suelo muy estable que sustenta al PSOE incluso ante las situaciones más adversas. Por el contrario, la derecha se encuentra maniatada por una base electoral muy escasa, que le hace tener un techo también muy estable que le resulta casi imposible de romper. Las ocasiones en las que la derecha ha alcanzado o sobrepasado al PSOE (elecciones de 1993, 1996 y 2000) se han producido, siempre desde la interpretación de la izquierda, porque el electorado socialista se ha desmovilizado y, con el mismo número de votos (su techo) el PP ha conseguido superarlo en porcentaje.
Arriba pongo la evolución en voto total en todas las elecciones generales del Partido Popular (antes AP y coalición Popular) y el Partido Socialista Obrero Español. No se representan las variaciones derivadas del aumento de la población, pero es un error que afecta a ambos partidos, por lo que su significación es escasa. ¿Qué vemos en el gráfico? En primer lugar, que ambos partidos se beneficiaron en 1982 de la debacle de UCD, que repartió sus votantes entre ambos partidos.
En segundo lugar, vemos que la evolución de voto del PSOE ha sido muy estable a lo largo de los años, manteniéndose en torno a los 8 millones de votos. Ese debía de ser el famoso suelo del PSOE, 8 millones de votos que tenían asegurados, mientras que el PP no parecía poder pasar de 5 millones (su teórico techo) al menos hasta 1989.
Pero algo pasó en 1993: ese año el PP casi igualó en escaños al PSOE. Desde este último partido se culpó a la abstención, que, efectivamente, había sido muy elevada, pero lo cierto es que el PP había superado en votos al PSOE, sumando 3 millones de nuevos votantes. En las siguientes elecciones la abstención siguió subiendo, alimentando la coartada socialista, pero los datos muestran que, mientras el PSOE no fue capaz de captar nuevos votantes, quedando anclado en su tradicional suelo de 8 millones de electores, el PP fue capaz de duplicar sus votos recibidos, pasando de 5 millones de votos en el año 1989 a 10 millones en 2000, pulverizando así su famoso techo.
El 11 de Marzo 2004, el mayor atentado de la historia de Europa Occidental marcó las elecciones del 14, dando la victoria al Partido Socialista por un escaso margen. La abstención descendió dramáticamente, dando alas de nuevo a aquellos que culpaban a la derecha de destruir la democracia para asentarse en el poder. El PSOE ganó cerca de 3 millones de votantes, mientras que el PP perdió algo menos de medio millón. No hubo, por tanto, un traspaso evidente de votantes entre el PP y el PSOE, lo que pone de manifiesto que el electorado popular es muy fiel, y le proporciona, esta vez sí, un suelo muy firme que, además, no deja de crecer.
La victoria del Partido Socialista el año 2004 se fundamentó, por lo tanto, en la movilización de tres millones de electores que no eran votantes habituales del PSOE, más que en la pérdida de votantes por parte del PP. Esta movilización se debió, sin duda, a las campañas de agitación política de los días 11, 12 y 13 de Marzo. La pregunta, ahora, es: ¿Va a conseguir el PSOE mantener movilizada a toda esa gente? ¿O sería necesario otro imprevisto como el 11-M? Si el PP no pierde votantes (y todo hace pensar que no los perderá), volviendo a los niveles de 2000 o más, y el PSOE no consigue movilizar al electorado más extremista (y todo hace pensar que no lo logrará), volviendo a sus niveles históricos de votantes, no sería descabellado pensar que el PP está en condiciones, no sólo de ganar las próximas elecciones generales, sino incluso, de conseguir la mayoría absoluta. A pesar de lo que digan las encuestas.
Los socialistas lo saben, y por eso están tan intranquilos. Por eso les conviene tensión y dramatizar. Por eso llevan semanas cometiendo errores imperdonables para un político de primer nivel. ¿O no son errores? Después de que pidiesen el voto para el Partido Socialista los actores, intelectuales, los musulmanes, los homosexuales, los sindicatos y no sé cuánta gente más (cosa que tienen todo el derecho a hacer) fue ayer el propio Rodríguez Zapatero el que pidió el voto para su partido, 9 días antes de que dé comienzo la campaña electoral. Y a eso sí que no tiene derecho.
Y todavía no hay noticias de la Junta Electoral Central.
Según el análisis político de la izquierda, esta abundante mayoría proporciona un suelo muy estable que sustenta al PSOE incluso ante las situaciones más adversas. Por el contrario, la derecha se encuentra maniatada por una base electoral muy escasa, que le hace tener un techo también muy estable que le resulta casi imposible de romper. Las ocasiones en las que la derecha ha alcanzado o sobrepasado al PSOE (elecciones de 1993, 1996 y 2000) se han producido, siempre desde la interpretación de la izquierda, porque el electorado socialista se ha desmovilizado y, con el mismo número de votos (su techo) el PP ha conseguido superarlo en porcentaje.
Arriba pongo la evolución en voto total en todas las elecciones generales del Partido Popular (antes AP y coalición Popular) y el Partido Socialista Obrero Español. No se representan las variaciones derivadas del aumento de la población, pero es un error que afecta a ambos partidos, por lo que su significación es escasa. ¿Qué vemos en el gráfico? En primer lugar, que ambos partidos se beneficiaron en 1982 de la debacle de UCD, que repartió sus votantes entre ambos partidos.
En segundo lugar, vemos que la evolución de voto del PSOE ha sido muy estable a lo largo de los años, manteniéndose en torno a los 8 millones de votos. Ese debía de ser el famoso suelo del PSOE, 8 millones de votos que tenían asegurados, mientras que el PP no parecía poder pasar de 5 millones (su teórico techo) al menos hasta 1989.
Pero algo pasó en 1993: ese año el PP casi igualó en escaños al PSOE. Desde este último partido se culpó a la abstención, que, efectivamente, había sido muy elevada, pero lo cierto es que el PP había superado en votos al PSOE, sumando 3 millones de nuevos votantes. En las siguientes elecciones la abstención siguió subiendo, alimentando la coartada socialista, pero los datos muestran que, mientras el PSOE no fue capaz de captar nuevos votantes, quedando anclado en su tradicional suelo de 8 millones de electores, el PP fue capaz de duplicar sus votos recibidos, pasando de 5 millones de votos en el año 1989 a 10 millones en 2000, pulverizando así su famoso techo.
El 11 de Marzo 2004, el mayor atentado de la historia de Europa Occidental marcó las elecciones del 14, dando la victoria al Partido Socialista por un escaso margen. La abstención descendió dramáticamente, dando alas de nuevo a aquellos que culpaban a la derecha de destruir la democracia para asentarse en el poder. El PSOE ganó cerca de 3 millones de votantes, mientras que el PP perdió algo menos de medio millón. No hubo, por tanto, un traspaso evidente de votantes entre el PP y el PSOE, lo que pone de manifiesto que el electorado popular es muy fiel, y le proporciona, esta vez sí, un suelo muy firme que, además, no deja de crecer.
La victoria del Partido Socialista el año 2004 se fundamentó, por lo tanto, en la movilización de tres millones de electores que no eran votantes habituales del PSOE, más que en la pérdida de votantes por parte del PP. Esta movilización se debió, sin duda, a las campañas de agitación política de los días 11, 12 y 13 de Marzo. La pregunta, ahora, es: ¿Va a conseguir el PSOE mantener movilizada a toda esa gente? ¿O sería necesario otro imprevisto como el 11-M? Si el PP no pierde votantes (y todo hace pensar que no los perderá), volviendo a los niveles de 2000 o más, y el PSOE no consigue movilizar al electorado más extremista (y todo hace pensar que no lo logrará), volviendo a sus niveles históricos de votantes, no sería descabellado pensar que el PP está en condiciones, no sólo de ganar las próximas elecciones generales, sino incluso, de conseguir la mayoría absoluta. A pesar de lo que digan las encuestas.
Los socialistas lo saben, y por eso están tan intranquilos. Por eso les conviene tensión y dramatizar. Por eso llevan semanas cometiendo errores imperdonables para un político de primer nivel. ¿O no son errores? Después de que pidiesen el voto para el Partido Socialista los actores, intelectuales, los musulmanes, los homosexuales, los sindicatos y no sé cuánta gente más (cosa que tienen todo el derecho a hacer) fue ayer el propio Rodríguez Zapatero el que pidió el voto para su partido, 9 días antes de que dé comienzo la campaña electoral. Y a eso sí que no tiene derecho.
Y todavía no hay noticias de la Junta Electoral Central.