martes, 9 de marzo de 2010

Garzón

Estaba el otro día escuchando en la radio una tertulia en la que participaba la diputada socialista Elena Valenciano. Compartía mesa con otros tertulianos bastante más afines a las ideas del Partido Popular, pero eso no impidió que muchos de sus argumentos quedasen, sorprendentemente, sin una respuesta contundente.

Voy a pasar por alto la justificación que hizo Elena Valenciano de los ataques de Chávez al juez Eloy Velasco, y de la tibia respuesta (si es que realmente hubo respuesta) por parte del gobierno español. Uno ya comienza a acostumbrarse a que este gobierno se humille ante cualquier dictadura que en el mundo exista. Me impactó mucho más la encendida defensa que hizo del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, investigado en la actualidad en relación con tres delitos de prevaricación, que pueden llevarle a perder su puesto dentro de la carrera judicial.

Se escudaba Elena Valenciano en que no podían acosar a un juez los mismos que lo defendieron a ultranza cuando investigaba el terrorismo de estado del PSOE en la época de Felipe González. Según ella, no era coherente que en su día fuese un ángel para ahora convertirse en un demonio. Tras esto, carpetazo al argumento, y dejen trabajar a la justicia, y no machaquen a un juez que tanto ha hecho en la lucha contra el terrorismo. Se acabó. No importa que sea un presunto delincuente: es "de los nuestros" y se le defiende. Punto. Y el resto de los tertulianos cambiaron de tercio.

La señora Valenciano no puede escudarse en que estos hechos sucedieron hace más de 20 años para intentar reescribir la historia al estilo de 1984. Ahora puede intentar convencer a quien quiera de que Garzón se convirtió en una especie de héroe por investigar al PSOE, pero lo cierto es que siempre se encontró bajo sospecha de actuar por resentimiento contra Felipe González, por no haberle puesto al frente de un ministerio. Y si desde el PSOE se le acusaba de manifiesta enemistad con el partido que le acogió, desde el partido Popular se le recriminaba que hubiese paralizado la investigación de los GAL, esperando un premio por parte del Gobierno.

Cuando, tras abandonar la política, se reintegró a la carrera judicial y retomó la investigación de los GAL, pronto se hizo evidente que su instrucción no iba a llegar más arriba del que fue Ministro del Interior, dejando pendiente una incógnita con la que todavía se conoce hoy en día al presidente del gobierno Felipe González. Finalmente, ante una instrucción que se eternizaba y que no llegaba a ningún lado, y que palidecía al lado de los reportajes de investigación del diario El Mundo, Baltasar Garzón fue apartado de la instrucción, la cual tuvo que ser completamente rehecha debido al cúmulo de irregularidades y fallos que contenía.

Juez estrella, divo judicial, juez mediático... son calificativos que muestran el aprecio que se sentía por él desde la derecha y desde la izquierda. Resentido y vengativo para unos, demasiado tibio para otros, fue siempre el ejemplo de lo que no debe ser un juez de la Audiencia Nacional. Pero, a diferencia de lo que trata ahora de inventar la señora Valenciano, nunca fue el juez de cabecera del partido Popular. Ha estado siempre ligado al Partido Socialista. Cuando echó a los leones a Barrionuevo para salvar a González, cuando encausó por genocidio a Pinochet y a Franco, cuando se puso a la cabeza de la manifestación llamando asesino a Aznar, cuando salió de cacería con el Ministro de Justicia, cuando encausó sin pruebas a dirigentes del partido Popular... siempre ha estado al lado del Partido Socialista.

Ahora intenta recusar por manifiesta enemistad contra él a tres vocales del CGPJ que tienen que decidir sobre su inhabilitacion. Teniendo en cuenta que él fue diputado del PSOE, ¿qué autoridad moral tiene para dirigir una investigación contra el partido rival? Dice la señora Valenciano que no se puede linchar a un juez y que hay que dejar trabajar a la justicia... ¡Qué pena que no pensase igual cuando el partido socialista, con Garzón al frente, acabó con la carrera del juez Gómez de Liaño! Claro que éste no fue número 2 del PSOE en las listas de Madrid.

1 comentario:

Miki dijo...

El consejo general del poder judicial reclama respeto ,la verdad es que es normal que lo haga por que se supone que lo jueces no se deben dejar influencia por el poder mediático, pero es algo bien complicado.

Esta mañana mismo en la radio ( aquí esta el corte ) hablan de ellos y de lo complicado de la decisión ya que Garzón está inmerso en varios temas "densitos". Veremos como acaba el tema.