martes, 2 de septiembre de 2008

Categoría 5

Al final, la sangre no ha llegado al río, y el río no ha anegado medio Louissiana, como muchos llevan esperando desde hace tiempo.

Cuando hace tres años el Katrina provocó una catástrofe en Nueva Orleans, millones de gargantas elevaron su voz para clamar contra el cambio climático, que había producido ese ciclón asesino. Dejándose arrastrar por la corriente, los funcionarios del IPCC, y sobre todo, el ilustre Al Gore, vaticinaron que el aumento de la temperatura en el Golfo de México produciría en el futuro un aumento en el número e intensidad de los ciclones en el Atlántico Norte. Y claro, el problema del IPCC es que resulta de lo más convincente... excepto cuando hace predicciones a corto plazo, ya que, hasta la fecha, ninguna se ha cumplido.

Llevan desde hace tres años esperando el huracán que se lleve por delante todo el sur de Estados Unidos para poder emerger de entre las tierras anegadas con el "te lo dije" de la autosatisfacción. Pero la Naturaleza se resiste a darles la razón. Cada año permanecen atentos a sus pantallas para ver si, esta vez sí, el Armaggedon se desata sobre las tierras bajas del río Mississippi, para regresar después a sus cubiles esperando el próximo ciclón. Y es que, aunque les duela, el número de huracanes y su intensidad han descendido desde el Katrina.

Este año todo estaba de cara. Gustav, un ciclón de categoría 4, entraba en el Golfo de México tras haber golpeado Cuba, Haití y Puerto Rico, y se dirigía directo hacia Nueva Orleans. Las noticias fueron unánimes: se fortalecerá durante su paso por el mar para llegar a Louissiana con categoría 5 y vientos de más de 300 kilómetros por hora. Era el desastre. La ciudad estaba sentenciada. Se organizó la evacuación de más de dos millones de personas. Bush se atrincheró en el gabinete de crisis y Gore se agazapó en su madriguera dispuesto a saltar sobre las centrales térmicas...

Sin embargo, dispuesto a llevar la contraria al IPCC, Gustav perdió intensidad a su paso por Cuba y entró en el Golfo de México con categoría 3. Los expertos auguraron un fortalecimiento durante su travesía por el recalentado mar y su llegada a la costa igual de destructivo, pero, lejos de obedecer las órdenes de los salvadores del planeta, el indisciplinado huracán siguió perdiendo fuerza para llegar al delta del Mississippi con categoría 2 y convertirse de inmediato en una tormenta tropical, en su camino hacia Texas.

Ya se está formando un nuevo ciclón en el Atlántico (Hanna), pero parece que habrá que esperar al año que viene para contemplar la tormenta perfecta que borre a la tóxica raza humana de la faz de la tierra.

Definitivamente, lo que no deja de aumentar es el número de tontos de categoría 5, que, además, se están fortaleciendo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Prefiero creer a científicos que publican en Nature antes que a tí, francamente. Uno de ellos, James Elsner, de la Universidad de Florida, ha concluído que "The frequency of severe hurricanes in the North Atlantic has increased during the past decade."

http://www.nature.com/climate/
2007/0707/full/447647a.html

Paradus dijo...

Mikimoss, realmente te honra el citar una fuente como Nature a la hora de rebatir un argumento de este tipo. La mayor parte de la gente utiliza una noticia de El País o de Antena 3, o utiliza el argumento de "es evidente que el clima está cambiando".

Sin embargo, creo que te faltan un par de datos. El primero es que (no sé si sabrás) en nature hay censura. Hace unos años la dirección de la revista declaró que su línea editorial aceptaba como incontrovertible la teoría del cambio climático, y, en consecuencia, iban a dejar de publicar cualquier estudio que fuese en la línea contraria. El segundo punto es que probablemente no has visto los datos de la evolución de huracanes en el Atlántico Norte. Puedes verlos aquí(http://www.ncdc.noaa.gov/oa/climate/research/2007/ann/us-summary.html#hurr). Se ve que el número total de huracanes y los de fuerza 3-5 se han mantenido más o menos estables a lo largo de los últimos 60 años, y en los últimos diez... ¡¡Han descendido!!

De todas formas, me gustaría que siguiéras pasándote por aquí y exponiendo tus puntos de vista.

Anónimo dijo...

"Hace unos años la dirección de la revista declaró que su línea editorial aceptaba como incontrovertible la teoría del cambio climático, y, en consecuencia, iban a dejar de publicar cualquier estudio que fuese en la línea contraria"

¿Podrías ponerme la fuente de esa noticia? No me la creo.


"Se ve que el número total de huracanes y los de fuerza 3-5 se han mantenido más o menos estables a lo largo de los últimos 60 años, y en los últimos diez... ¡¡Han descendido!!"

No es cierto. Si haces números verás que en la última década el número de huracanes severos (fuerza 3-5) ha sido de 37, mientras que en las décadas anteriores fue de 22, 16 y 17. Por otro lado, el número total de huracanes ha seguido ese mismo ascenso, siendo 81 en la última década, mientras que en las anteriores fue de 58, 50 y 55.

Paradus dijo...

Gracias por las aclaraciones, mikimoss. Hay veces que las gráficas que se observan a simple vista dicen lo contrario de lo que muestran. Recogeré los datos para ver la evolución en las últimas seis décadas y con lo que obtenga subiré otro post.

De todas formas, una cosa que sí he visto es que el número de huracanes severos (que son los que se especifican en el artículo de nature) fueron 37 la última década (1998-2007), pero fueron 39 la década de 1948-1957. Por lo tanto, la pregunta es: se han incrementado... ¿respecto a qué?

Lo dicho, muchas gracias por tus aclaraciones.

Anónimo dijo...

REALMENTE, no creo a nadie. Buscar en Internet y vereis que a principios de siglo (el siglo XX), esa misma zona ya fue igualmente desvastada por otro ciclon, igual igual igual que hoy, y las fotos son asombrosamente similares a las actuales.
¿por que nos empeñamos en volver a plantar las casas a escasos metros del mar y en las mismas zonas tan críticas?. Cuando venga el famoso terremoto de California, ¿será tambien el cambio climático?, las fotos, mucho me temo, serán las mismas que las que ya conocemos.